INSÓLITO

Ni la Reina, ni Larsen: la única mujer que sostuvo al Rey Juan Carlos en el peor momento de su vida

Siempre se habló de la Emérita, pero si le preguntan al exmonarca, la historia es muy distinta.
lunes, 11 de octubre de 2021 · 06:00

Quienes han podido acceder al contenido del libro "Mon Roi Dechú", que traducido al español significa "Mi Rey Caído", de la autora Laurence Debray, podrá quizás hacerse una idea de la razón única por la cual se la ha calificado desde distintos medios como la nueva "amiga entrañable" del Rey Juan Carlos.

la historia de Laurence Debray es, en efecto, muy particular: una joven escritora queda prendada de un Rey. Una bonita temática para algún libro de novela romántica.

La verdad es que este nombre acuñado a la escritora comienza a causar escozor, pues a diferencia de otras mujeres cuyos nombres han sido vinculados al Emérito, la escritora franco venezolana siempre se distinguió del resto por una remarcable particularidad; esto es el hecho de no pretender ocultar la admiración desbordada que siente por la figura del exsoberano, que no tiene porque significar que la joven se entendía -o se entiende- entre sábanas con el Rey Juan Carlos.

Si está enamorada de su imagen, de lo que representa, o de sus ojos color "azul intenso" que solo ella ve, eso es definitivamente una cosa, pero de allí a catalogarla como su "querida", es un despropósito. Con los escritores suele suceder que se "ilusionan" con el personaje que le inspira a escribir, si esto sucede incluso hasta con las lecturas de ficción, en el caso del Rey Juan Carlos, esa es una posibilidad abierta.

La figura, vida y obra del Rey Juan Carlos había inspirado a otros autores, pero jamás desde la óptica de Laurence Debray.

Pero, ¿cómo se entiende esta fijación literaria por parte de una mujer cuarenta años menor que el protagonista de su última obra? Resulta verdaderamente complejo, pues nacida en el seno de una familia que comulgaban con las ideas revolucionarias y de izquierda, desde los 12 años reconoce que en su habitación ya poseía una foto del Rey Juan Carlos vestido de traje de gala, como si de un príncipe clásico de Disney se tratase.

Aunque sus padres intentaron "exorcizar" su infatuación con la figura del monarca y su despierto interés por la Corona Española y sus entresijos, el espíritu de la joven Laurence ya era árbol torcido y su rama jamás iba a enderezar. Pese a los desesperados intentos de los padres por inyectar con aguja hipodérmica algunas de sus ideas sobre igualdad social, la autora que no probó su primera botella de Coca cola hasta en tanto se independizó de su casa familiar, jamás heredó interes alguno por abrazar estas filosofías.

Laurence Debray logró que el Rey Juan Carlos le abriera las puertas de su vida en algunos momentos cumbres como su abdicación donde aseguró verlo llorar.

Según lo cuenta la misma escritora, su vida se cruzó con la del emérito a través de un libro que ella misma escribió y que envió a Casa Real para hacérselo llegar en esta edición, pudo explayar su visión de aquel hombre que le causaba fascinación desde la niñez. Remarcó entre sus líneas que el Rey Juan Carlos fue el único monarca en pagar impuestos en su país y ponderó su gran habilidad diplomática. De allí que se le permitió sostener una audiencia con el padre del Rey Felipe y así lo percibió.

Un Rey poco arrogante, nada soberbio, sensible que hacía bromas y que repetía que siempre le había ayudado. También a un hombre que nunca había tenido dinero siendo joven, que su padre dependía de los aristócratas y que Franco no le daba nada. Incluso, las Coca-colas que él se bebía en Zarzuela pasaban un filtro. Siempre le atrajo la gente con dinero, que hace negocios. La gente tiene fallos.

El Rey Juan Carlos regresará a España y se espera un nuevo encuentro entre la escritora y el exmonarca.

Su admiración y amor por la España del Rey Juan Carlos cuando apenas tenía 7 años, la hizo escaldar peldaños en su adultez hasta poder ser reconocida por el Rey hasta nuestros días, no en vano ha sido la única escritora que ha podido rescatar algunas de sus reflexiones después de su exilio, justo que hasta ahora no se había dado ningún otro autor o escritor de mayor renombre. Ahora, con este nuevo libro, es posible que Debray sea merecedora de  un nuevo nombramiento que seguro le hará mucha ilusión y será mucho más halagador como "la gran biógrafa del Rey Juan Carlos", que, por supuesto, es mucho más apetecible y reivindicativo que "amiga entrañable", "querida" o "amante".

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