INSÓLITO

La infidelidad, el común denominador de las monarquías, de la Reina Isabel a Kate Middleton

La Monarca no fue la única, en Europa la traición ha levantado verdaderos imperios hasta nuestros días.
miércoles, 13 de octubre de 2021 · 13:13

Por muchos años, las aventuras amorosas del esposo de la Reina Isabel, el Duque Felipe de Edimburgo, ocuparon un lugar privilegiado en las primeras planas de los medios. Sin embargo, la infidelidad es un tema recurrente en la historia de los royals, tanto así que hay quien asegure, que si se quiere saber cuántos hijos tiene un Monarca o Consorte más allá de los concebidos legitimamente, solo hay que contabilizar el número de "ahijados" que posee.

La historia revela que la Reina Isabel pidió a su esposo lealtad por encima de la fidelidad, y él obedeció a este pedido hasta el último día de su vida.

Por supuesto, hay otros casos no solo dentro de la familia real británica sino en otras casas reinantes a lo largo y ancho del continente europeo. Cortas se quedaron las historias de los hijos de la Reina Isabel, el Príncipe Carlos, quién estuvo casado con Lady Di y cuya historia es harto conocida, amén de la incursión de la Princesa Ana en este terreno turbio, que le dejó algunas tachaduras en su impecable gestión como representante de la Corona y le provocó más de un dolor de cabeza a la Monarca.

La relación entre el hijo de la Reina Isabel, Carlos, y Lady Di, convirtió a la Princesa de Gales en leyenda.

Ni siquiera el Príncipe Guillermo ha salido ileso de esta situación, en su idílico cuento de hadas junto a su esposa, la Duquesa Kate Middleton, cuando trascendió en 2019 un supuesto romance entre el nieto de la Reina Isabel y Rose Hambury, marquesa de Cholmondeley, por esas fechas muy amiga de Kate. Algunos medios, en aquel momento, señalaron que este rumor trajo verdaderas peleas dentro de la pareja y aún se debate sí hubo algo de cierto, pues los de Cambridge no volvieron a frecuentar a los Cholmondeley hasta nuestros días.

El heredero de la Reina Isabel, Guillermo, se vió envuelto en un "triángulo" entre Kate Middleton y Rose Hambury.

Ni hablar del primo en segundo grado de la Reina Isabel, el Emérito Juan Carlos, cuyo prontuario amoroso abarrotado de escandalosos sume en la vergüenza a la familia real española hasta nuestros días, reforzado con la salida del nuevo libro de la autora francesa Laurence Debray, "Mon Roi Dechú".

El primo segundo de la Reina Isabel, el Emérito Juan Carlos, tiene tal expediente, que sus infidelidades hablan por hoy hasta la actualidad.

Pero, si de otras historias un poco menos conocidas podríamos hablar, un rey que compartía las mismas aficiones que históricamente se adjudicaron al esposo de la Reina Isabel, el Príncipe Felipe, sería Carlos Gustavo de Suecia, cuyas andanzas se inmortalizaron en un libro en 2010 y cuyo contenido expuso su frecuencia demasiado regular en cabarets y fiestas decadentes en las  que compartía con varias mujeres. Ante el escrutinio público, el Monarca sueco comentó que él y su familia habían pasado página y miraban hacia adelante, sin detenerse demasiado en temas que ocurrieron hace tiempo atrás.

La historia de infidelidades de Carlos Gustavo de Suecia, escandalizó a esta nación nórdica en más de una oportunidad.

Pero, sin duda, el peor de todos los casos sucedió entre la Princesa Estefanía de Mónaco, cuñada de Charlène de Mónaco, cuando contrajo nupcias con su guardaespaldas Daniel Ducruet en 1995. El matrimonio no duró ni un año cuando en 1996 aparecieron varias fotos en las que aparecía el mencionado sosteniendo relaciones con una bailarina. El Príncipe Rainiero pidió a Ducruet abandonar inmediatamente el Principado, mientras que Estefanía solicitó el divorcio de forma inmediata. Lo peor es que, un año después, el exguardaespaldas escribió una carta para pedirle perdón que luego reformuló en un libro. Los éxitos en ventas fueron verdaderamente lucrativos.

La humillación pública de Estefanía de Mónaco le costó al exguardaespaldas su permanencia en el Principado.

Otras historias involucran a la hermana de la Reina Isabel, la Princesa Margarita, quién encontró consuelo en el amor de un hombre mucho más joven y el Príncipe Alberto, esposo de Charlène de Mónaco, que en la actualidad enfrenta una tercera demanda de paternidad. Bien lo decía la Reina Sofía cuando aseguraba que "las tradiciones son el alma de las monarquías", y al parecer, los braguetazos forman parte de ese legado, retorcido entre sonadas controversias de proporciones históricas.

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