SEPARACIÓN

La nueva versión sobre el bautizo de Lilibet Diana: "El Principe Harry fue quien acorraló a Meghan"

El Duque está poniendo de los nervios a su esposa y el resultado podría ser un auténtico desastre.
viernes, 15 de octubre de 2021 · 10:15

Dicen que siempre hay, al menos, dos versiones de una misma historia. Esta parece ser una premisa muy aplicable al caso del Príncipe Harry y su esposa, Meghan Markle, ante la polémica que diversos medios británicos mantienen alrededor del futuro bautizo de la segunda hija de la pareja, Lilibet Diana, quien este mes cumplió 4 meses de edad.

El diario “Informalia” ofreció recientemente una visual completamente distinta sobre el conflicto que, sin duda, ha desmejorado la inquebrantable relación entre los Duques de Sussex y explica cuáles son las implicaciones que supondría para la niña el ser bautizada en Reino Unido o en Norteamérica.

En una nueva versión de los hechos, es el Príncipe Harry quien alberga grandes aspiraciones para Lilibet Diana.

Esta nueva reseña de los hechos nos plantea que, en realidad, es el Príncipe Harry y no Meghan Markle quien se mantiene firme ante la idea de conseguir la celebración de un bautizo digno de una Princesa para la pequeña Lilibet, en la capilla del castillo de Windsor y por todo lo alto. Por lo tanto, ha intentado abrir una brecha de comunicación con su familia en Buckingham, a fin de lograr su cometido, pero todo indica que no lo ha conseguido aún.

Esta idea contrastaría con el propio concepto de Meghan Markle que, ante la realidad del último tiempo, apostó por una ceremonia mucho más sencilla en California. Estrictamente celosa de su privacidad y la de sus hijos, esta celebración no contaría con la presencia de los medios, ni antes ni durante el oficio religioso, tampoco se venderán las fotos oficiales del evento a la prensa y los invitados serán cuidadosamente escogidos para evitar fugas de información. Estas decisiones serían imposibles si Lilibet fuera bautizada bajo las potestades de Casa Real.

La esposa del Príncipe Harry, Meghan Markle no desea retroceder en su intento de proteger la privacidad de sus hijos.

Ante conceptos tan contrapuestos, era indudable que ambas personalidades iban a sufrir un colapso en la dinámica familiar. Sin embargo, el Príncipe Harry aún se mantiene fiel a sus principios y su crianza, entre carruajes y castillos, según lo expone el rotativo británico “Daily Mail”. Para el hijo de la Princesa Diana, hay una razón que se sobrepone a cualquier otra en su obstinación por no permitir que su hija sea bautizada “a lo plebeya”.

En efecto, una liturgia religiosa celebrada en el Reino Unido la pondría en las posiciones de la línea de sucesión al trono británico. “Si Lilibet Diana no se bautiza en Inglaterra, quedará excluida como miembro de la Casa Real, pues ningún cristiano católico puede serlo. De hecho, la propia Meghan Markle tuvo que bautizarse antes de contraer matrimonio con el Príncipe Harry”, explica el mencionado diario.

El tema del bautizo de su segunda hija, ha puesto a los de Sussex en posiciones encontradas.

Una alternativa que podría ayudar a satisfacer las expectativas del Príncipe Harry y Meghan Markle, sería que la bebé reciba el bautismo en una iglesia episcopal en suelo norteamericano, pues esta rama de la fe es abrazada por la comunión anglicana, que representa a la fe mayor que rige en el Reino Unido. Sobre otros temas más “terrenales” y hedonistas a los que los de Sussex no renuncian jamás, como la pompa y el derroche en esta celebración, pues ya es otra cosa y serán ellos quienes definan qué conviene o no dentro de sus expectativas.

Sería cuestión de ambos padres establecer a qué le atribuyen importancia frente a lo que consideran urgente, mientras que la prensa espera pacientemente por ellos. Ni siquiera la celebración del sacramento religioso es un gran acontecimiento frente a la posibilidad de conocer a la niña, cuya apariencia ha permanecido como un gran misterio desde que nació.

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