La Reina Sofía tuerce el brazo de Zarzuela y decide salir del país junto a la Infanta Elena

Después de muchas especulaciones al respecto, a través de la revista “Hola!” se conoció que la Reina Sofía no solo asistirá a la boda de su sobrino Felipe de Grecia y su flamante novia, Nina Flohr, sino que irá en la mejor compañía posible. A ella se une, para los festejos, su hija mayor, la Infanta Elena.

La catedral de la Anunciación de Santa María en Atenas es el lugar escogido para que este próximo 23 de octubre, el sobrino de la Emérita y la hija del magnate suizo Thomas Flohr, sellen sus votos matrimoniales. Esta será una gran ceremonia religiosa en la que se darán cita representantes de varias casas reinantes europeas y las más prestigiosas familias del jet set internacional. Por supuesto, Casa Real tendrá en la Reina Sofia y la Infanta Elena, presencia en este esperado enlace.

Entre los nexos familiares, se entiende que la Reina Sofia es tía de Felipe de Grecia, benjamín de su hermano, el Rey Constantino y su esposa, la Reina Ana María de Grecia. Pero en el caso de la Duquesa de Lugo, no solo es su prima, también es su madrina de bautizo, por lo que su presencia en esta ceremonia está más que justificada.

Para la Reina Sofía, volver a pisar este recinto religioso significará enfrentarse a distintos recuerdos sobre su propia historia. Recordemos que hace 60 años, ella misma se unió en sagrado matrimonio con el Rey Juan Carlos en tres bodas por todo lo alto, la civil, la católica y la ortodoxa, que se celebró en la Catedral Metropolitana ateniense.

¡Cuántas memorias puede albergar en un momento tan emocionante, que también le permitirá volver a su país natal! En su propia boda, uso un hermoso vestido blanco, confeccionado por el diseñador egipcio, Jean Desses, que resaltó con una diadema de diamantes que su madre, la Reina Federica, le obsequió. En la decoración de la Iglesia, las rosas rojas colmaron el lugar y su hermano, Constantino, fue su padrino de bodas. El sí lo dio bajo la forma “Malista Dexome” que al castellano se traduce como “Sí, yo acepto” y todo aquello bajo la bendición del Papa Juan XXIII.

Pero, en esta oportunidad, nadie podría estar más emocionado que el propio Rey Constantino, hermano de la Reina Sofía, pues el 18 de septiembre de 1964 el mismo contraía matrimonio con su esposa Ana María. Ahora, casi 60 años después tiene el privilegio de asistir a la boda del más pequeño de sus hijos en la misma catedral, luego de presenciar su primer enlace por lo civil en la ciudad de ST Moritz, en Suiza, país de procedencia de Nina Flohr. En esa oportunidad quienes representaron a la familia Borbón fueron la segunda hija de la Reina Sofía, la Infanta Cristina y su nieta Irene Urdangarin.

Casualmente, este próximo de octubre coincidirá con la entrega de los Premios Princesa de Asturias, una cita importante que muy pocas veces la Reina Sofia se ha perdido, especialmente desde que su nieta, la Princesa Leonor los preside. Para ella también es de suma importancia demostrar a su nieta su apoyo incondicional, gesto que, cómo recordaremos, la misma hija del Rey Felipe reconoció en el sentido discurso en su debut como presidenta honoraria de este patronato.

Es perfectamente posible creer que, este año, la Emérita será la gran ausente de esta edición, teniendo en cuenta que hasta los momentos Casa Real no ha confirmado su asistencia al encuentro. Sin embargo, esta edición se vislumbra mucho mejor que la del 2020, pues no solo recuperará el brillo perdido por el paso de la pandemia, sino que se percibe como una ocasión especial para el gran regreso de la heredera al trono a España desde que partió a cursar estudios en Gales, Reino Unido.