Los nuevos protocolos previstos tras el deceso de la Reina Isabel que escandalizan al Reino Unido

Las últimas órdenes médicas por parte del equipo médico de Buckingham, que contempló en la última semana la completa cancelación de las actividades públicas de la Reina Isabel, aunado a la prohibición del consumo de bebidas alcohólicas y el uso de bastón como nuevo accesorio que le reporta "comodidad" al caminar, mantiene en ascuas a todo el Reino Unido. No hay nuevos reportes, ni otros comunicados y la preocupación aumenta de forma dramática.

Aunque para la mayor parte del sector de la población británica, el fin de la era Isabelina es una realidad que cuesta afrontar, al punto de que muchos no pueden vislumbrar el futuro de la monarquía sin la presencia de la Reina Isabel al mando, no por ello deja de ser un escenario improbable y, de hecho, mientras más pronto se asuma, más llevadero será el proceso de transición cuando llegue la hora final y el código "London Bridge" entre en vigencia.

Con respecto a este plan tan seriamente contemplado y discutido por el gobierno británico, se conoció por medio del sitio web "Público", que actualmente este protocolo alberga algunos cambios inéditos que reformulan los pasos a ejecutar una vez que la Reina Isabel fallezca y algunos de estos han generado serias reacciones entre la población, pues se han catalogado como formas de censura informativa.

Una de las contemplaciones más criticadas es, sin duda, el apagón preventivo en las comunicaciones internas del país que impedirá, de forma insólita, por ejemplo, retwittear la noticia del deceso de la Reina Isabel. Por su parte, las cadenas televisivas tanto privadas como públicas suspenderán algunos contenidos de programación no esenciales para cubrir con programas memoriales y la cobertura de los actos póstumos.

Lo que peor ha sentado además, tiene que ver con el posible desplazamiento masivo de personas desde distintos puntos de la geografía nacional hacia Londres, para despedir a la Reina Isabel y presenciar sus exequias. Habrá controles en este sentido y con ello cabe inferir que muchas personas no podrán dar un último adiós a la Soberana.

Quizás esta medida se dispuso con la intención de que el velatorio a capilla ardiente de la Reina Isabel se lleve a cabo dentro de los parámetros establecidos por la logística de esta planificación. Solo serán tres días y, si bien se espera una gran asistencia, la capacidad de aforo no puede rebasarse ni tampoco se extenderán los días de visita al palacio de Westminster, pues la liturgia religiosa se realizará exactamente 10 días después del fallecimiento de la Soberana.

Aquello que no podrá esperar será la inmediata coronación del Príncipe Carlos como futuro Rey de Inglaterra. En un principio se estableció que el Príncipe de Gales debía esperar al menos un año, pero, al parecer, esto ha cambiado y la sucesión se realizará de forma inmediata. Ante ello, algunas personas consideran que esta medida no sería muy respetuosa con el recuerdo de la Monarca. Apenas habría tiempo para recuperarse de la pérdida y ya se contemplaría una proclamación "relámpago".

Pese a que existe una franca oposición frente algunas de estas medidas tomadas por las autoridades gubernamentales una vez que la desaparición física de la Reina Isabel sea una realidad, se debe tomar en cuenta que esta planificación cuenta con su aprobación y, de hecho, estos serían sus designios a respetar, con apenas leves modificaciones por parte del gabinete ministerial.