El motivo por el cual la Reina Isabel mantuvo preocupada a toda su familia por ingresar al hospital

Todas las alarmas se levantaron desde que la noticia del ingreso hospitalario de la Reina Isabel comenzó a sobrevolar por las calles de Londres. Los hijos y nietos de Su Majestad se mantuvieron en vilo en los últimos días, hasta que finalmente recibieron una noticia que les devolvió la tranquilidad. La principal representante de la Casa Windsor no pasaría su mejor momento, por lo que será necesario que siga las indicaciones de los médicos: abandonar su Martini diario y no tener una agenda tan ajustada que ponga en riesgo su movilidad.

La madre del Príncipe Carlos pasó una noche en el hospital por una cuestión de “análisis preliminares” sobre su salud, y ya estaría en funciones en el Palacio de Buckingham. Muchos rumores trascendieron desde su ingreso, tales como su dificultad para caminar (manifiesta en su último acto, al recurrir a un bastón), o bien a un posible cuadro de coronavirus. Su Majestad estaría más vital que nunca, aunque su salud será un tema de seguimiento. Si bien quiere mostrar lucidez conduciendo su Land Rover o prescindiendo de gafas, la viuda de Felipe deberá resignar el orgullo y cuidarse más. 

El pueblo del Reino Unido está más tranquilo después del último comunicado de la Corona. Su representante más fiel retomó sus funciones, pero no podrá cumplir con el viaje hacia Irlanda del Norte que suspendió por el ingreso hospitalario. La Reina Isabel estuvo en el centro “King Edward VII” por la presión de sus médicos, pues ella pretendía continuar con su agenda normal, según “Hola”. Lo cierto es que hace días que le sugieren un descanso, ya que penas ha tenido tiempo de hacer duelo por el fallecimiento de su esposo, y por ello pretenden ajustar la agenda y dieta alimentaria. Una determinación ha sido que deje los tragos para suplantarlos por más agua y refrescos sanos.

Es una decisión polémica para quienes mejor la conocen. Disfrutar de su clásico Martini era uno de los pocos “placeres” que le quedaban a Su Majestad. “El Periódico” recuerda que los tragos son una rutina que la hicieron conocida, lanzando su propia marca de bebidas, aunque sin caracterizarse por los excesos. Su comportamiento siempre fue el adecuado y nadie puede negarlo. En definitiva, todo apunta a que existe algo en su salud que en Buckingham no quieren revelar. Por este mismo motivo, delega cada vez más tareas a su hijo y nieto. La Reina Isabel podrá resignar los compromisos más aburridos en otros, pero su asistencia a la cumbre del cambio climático “Cop26” sigue en pie.

Está planificado para las próximas semanas en Glasgow. Será su gran regreso a la vida pública después de hechos que habrá lamentado. Su Majestad no solo se perdió de un evento en Irlanda del Norte, sino que también se mostró con un bastón en la Abadía de Westminster. Según “Hola”, es una señal contundente respecto a su momento físico a los 95 años. Habitualmente ha rechazado que la ayuden a caminar; ni siquiera permite que le tomen fotografías públicamente con sus lentes. De acuerdo a “El Español”, son muestras de vitalidad que trata de reivindicar a meses del fallecimiento del esposo. Sin embargo, los tacones y las entradas a la Casa Real Británica en auto no son eternas, por lo que deberá escuchar más a su entorno.