El estrafalario mote con el que se conocía a Eugenia Martínez de Irujo

Eugenia Martínez de Irujo es la hija menor de la Duquesa de Alba y quien más se parece a ella, no solo en lo físico, sino en sus elecciones de vida. Por pertenecer a la estirpe a la que pertenece y por el camino que tomó luego, siempre su nombre ha sido atractivo para la prensa, tal como ahora sucede con personalidades como Victoria Federica, Tamara Falcó y tantos otros descendientes de familias con linajes pesados, no solo famosos. Pero hubo unos años en los que la muchacha estuvo más vigente que nunca, aunque por un motivo que ella no había buscado y que, además, la incomodaba bastante.

En la década de 1990, Eugenia Martínez de Irujo comenzaba a perfilarse como una de las nuevas socialités del panorama y muchos se preguntaban qué haría con su vida. ¿Viajaría al exterior para estudiar? ¿Se quedaría en España para honrar sus raíces? ¿Se dedicaría al mundo de los negocios o simplemente se plantearía disfrutar de sus riquezas sin mayores esfuerzos? Pero en breve la jovencita demostró que tenía grandes habilidades como empresaria, lo que posteriormente la llevó a consolidarse como una de las figuras más destacadas del mundo de la joyería.

Todos los datos anteriores contribuían a incrementar la instalación de un apodo que a la madrileña no le hacía ni un poco de gracia: “la soltera más codiciada de España”. Al respecto, Eugenia fue consultada por el reportero Jesús Martín para Canal Sur, quien la presentaba como una joven muy humilde y sencilla. Tal como puede apreciarse en el material adjunto, era evidente que la hija de la Duquesa era muy tímida, quizás porque esa era su primera vez en televisión, y la pregunta por el tema de la soltería la incomodó bastante, tanto que enseguida pasó a otra cosa.

Me parece un poco ridículo.

Eugenia Martínez de Irujo consideraba ridículo que la vieran como a la soltera más buscada del país y la realidad es que su postura es completamente comprensible, al menos a la luz de los nuevos tiempos. Es probable que, en la actualidad, ningún reportero se atreviese a hacer una pregunta de ese estilo, pues es claro que quien recibiera la pregunta podría sentirse como un objeto. Con una postura corporal que hablaba por sí sola, la entonces incipiente empresaria se animaba a dejar en clara su opinión y le ponía un freno a todos aquellos que la veían como una presa a cazar.

Sin lugar a dudas, Eugenia Martínez de Irujo era vista de ese modo porque pertenecía a una de las familias más acomodadas del continente y ya sabemos que en este ambiente nunca faltan las insinuaciones carentes de verdaderos sentimientos, sino que abundan las que son motivadas por intereses económicos. No obstante, quien luego se convirtió en la primera esposa de Francisco Rivera tenía claras cuáles eran sus intenciones y también cómo debía ser el hombre que conquistara su corazón.  Mucho tiempo ha pasado desde esa entrevista hasta la actualidad y es posible que Eugenia siga siendo tan codiciada como en aquellos años, pero al menos ya no es soltera, gracias al amor que la mantiene unida con Narcís Rebollo Melció, a quien considera el hombre de su vida.