Por primera vez en 70 años la Reina Isabel incumple uno de sus mandatos

A partir del pasado miércoles 20 de octubre, la opacidad informativa alrededor de la Reina Isabel y su salud se convirtió en un espeso velo de secretismo y suspicacia que aún no la abandona. No hay respuestas definitivas que puedan desvelar qué ocurrió de puertas adentro para que el grupo médico que chequea constantemente las condiciones de salud de la Soberana ordenaran de forma irrestricta el cese de todas sus actividades previstas durante la semana anterior.

Se podría entender que en el caso particular de la nonagenaria, la carga de trabajo que requiere mantenerse al frente del trono británico podría acarrear serios problemas a nivel físico. Con casi cien años de edad, el ritmo de trabajo debería bajar considerablemente sin que esto se considere como un primer paso hacia la abdicación a favor de su hijo el Príncipe Carlos, pero, ¿qué hay de otros aspectos de su vida personal?

La mayor expectativa se tuvo durante este pasado domingo cuando se esperaba la presencia de la Reina Isabel en el servicio religioso que de forma imperdible tiene lugar todos los domingos en la capilla de Todos los Santos de Windsor. Tal como publicó luego el diario británico "The Mirror", la matriarca brilló por su ausencia, cuestión que generó toda serie de especulaciones al respecto. ¿Sus médicos le habrían prohibido también citarse con la fe?

Esta decisión aparentemente tomada por la Reina Isabel, quien sospechosamente habría preferido descansar antes de escuchar la misa dominical como siempre acostumbró, no dejó a nadie indiferente. Una de las opiniones convergentes y más relevantes sobre este hecho inédito la tuvo la escritora real Angela Levin, que no perdió oportunidad para resaltar lo importante que significa para Su Majestad este compromiso semanal, hasta ahora indiscutible.

Ir a la iglesia un domingo parece un evento pequeño, pero es algo muy importante para la Reina y para cualquier mujer de su edad. Es muy religiosa y es muy importante para ella personalmente ir a la iglesia todos los domingos.

Recordemos que la Reina Isabel, en su carácter como regente del Poder Representativo en el vecino país, también ostenta el cargo de Gobernadora Suprema de la Iglesia de Inglaterra. Eso significa que desde el primer momento en el que se proclamó como monarca después del fallecimiento de su padre Jorge VI, ella adquirió un papel unificador que crea una perfecta simbiosis entre el trono británico y la iglesia anglicana. Es por ello que su compromiso ante estas instituciones se mantiene incólumne e indivisible hasta el momento de su deceso y como tal lo asumirá su hijo Carlos cuando llegue la hora.

De modo que no debe extrañar las reacciones de los diferentes sectores de la sociedad británica ante esta inusual ausencia. Por ahora, se tiene previsto que la Reina Isabel reaparezca los próximos días antes de que viaje hasta Glasgow, Escocia, para asistir a la Cumbre de la ONU sobre el Calentamiento Global, ocasión especialísima que también servirá de medidor para discernir en qué estado de salud se encuentra o si, por el contrario, deberá extender su descanso por un tiempo prudencial y prolongado.