Lola Flores, la mujer que fue capaz de desplazar a los hombres y brillar al mismo tiempo

Se ha estrenado la serie en homenaje a Lola Flores y, como por arte de magia, muchos hemos descubierto que su nombre no tiene fecha de vencimiento. Falleció en el año 1995 pero nadie la ha olvidado y no solo eso, sino que los talentos emergentes aseguran que la ven como a una figura de referencia permanente. Por eso es que artistas de la talla y de la vigencia de C Tangana, Rosalía o Nathy Pelusso han sido convocados para dar testimonio en el documental, porque son la prueba perfecta de que la coplera es un símbolo atemporal que lo traspasa absolutamente todo.

A Lola Flores se la reconoce por su espectacular fuerza gitana, esa que hacía que fuese irresistible, pese a que no fuese ni la mejor vocalista ni la mejor bailaora. Pero ahora poco a poco comenzamos a verla también como un emblema de las luchas feministas que se constituyó cuando ni siquiera existía tal denominación, cuando las mujeres aún no se reconocían como un grupo en desventaja frente a la mirada patriarcal dominante. El mayor ejemplo de ello es que la madre de Rosario y de Lolita jamás intentó esconder los abortos que se practicó en la década de 1930 por sentir que no estaba lista para la maternidad, o su muy activa y explorada vida íntima.

“Yo me casé con el hombre con el que me tenía que casar, con el que me tocase la guitarra”, manifestó la intérprete de “Limosna de Amores” en una oportunidad en la que se le consultó por su historia de amor con “El Pescaílla” y en esa frase dejaba en claro que su estilo poco y nada tenía que ver con el de esas princesas de la época que solo pensaban en romance para, luego de pasar por el altar, dedicarse a las tareas de la casa y al cuidado de los hijos; pese a que fue una excelente anfitriona y una madre ejemplar. Hoy nadie espera que una mujer se case con un hombre exitoso y se dedique a estar en las sombras, pero Lola sentó esas bases hace mucho tiempo y no solo no habitaba las penumbras, sino que era ella quien brillaba.

Ser mujer y ser exitosa en 1950 era una utopía, mucho más si de triunfar en el mundo del arte se trataba, pero Lola Flores lo consiguió. La coplera rompió records y fronteras cuando todas las condiciones estaban en su contra y lo hizo siendo fiel a su esencia. Lo esperable hubiese sido que se limitara a cantar bonito y a ser condescendiente en público y con el sexo opuesto para conquistar el estrellato, pero ella lo hizo a su modo: abriendo los ojos grandes, hablando de temas tabú en televisión abierta y destilando arte calé; otro gran motivo de vergüenza.

Lola Flores jugó de igual a igual y es por eso que muchos hombres se sentían diminutos en su presencia, avasallados y acorralados; sencillamente porque ella se desplazaba con las mismas licencias que ellos. Se lució como nadie más ejerciendo un estilo de arte que le era tan propio que luego no se ha vuelto a ver jamás y quizás por eso es comprensible que artistas como Nathy Peluso piensen en ella cuando sienten que necesitan llenarse de “poderío”. Vivió cuando el destino quiso que su existencia se materializara, pero ya vemos que su esencia no tiene fecha de caducidad.