Revelación

Las razones por las que Antonio Carmona y Mariola Orellana casi se divorcian en reiteradas ocasiones

El músico y la representante pasaron por crisis desde que se casaron hasta 2011.
martes, 9 de noviembre de 2021 · 03:30

Antonio Carmona jamás habría imaginado que sus orígenes gitanos podrían haber frustrado el matrimonio con el amor de su vida. Mariola Orellana, una bella rubia que tenía el mundo a sus pies con su fuerte temperamento, no era aceptada por una persona de su familia. Los peores augurios llegaron poco a poco, entre la boda y el nacimiento de su primera hija. Incluso en la actualidad, el músico ha señalado que su clan es “demasiado tradicionalista” con sus costumbres.

Matilde, la madre de la estrella de “Ketama”, nunca aprobó el matrimonio y llegó a desearle a su nuera que no naciera su propia nieta. Una actitud de enemistad que asumió sólo por los orígenes “payos” de la actual representante de Lolita Flores, es decir, por no ser una gitana hecha y derecha. Afortunadamente, el artista hizo caso omiso a todas estas sugerencias. Se casó hasta dos veces, una en Gibraltar y otra en Jerusalén, donde tuvo una performance histórica el legendario Pavlo Rosenberg.

Parecería una antigüedad que los orígenes importen para evitar matrimonios “mixtos”. Hace 28 años podría haberse escrito un capítulo insólito sobre esta lamentable costumbre, y la familia de Antonio Carmona es la protagonista inesperada de esta historia. Mariola Orellana confesó que la madre de su esposo hizo todo lo posible para separarlos, casi como si se tratara de una versión gaditana de “Romeo y Julieta”, según “RTVE”. Los paralelismos con la ficción no quedan aquí, pues desafiaron a las familias como ocurrió entre los “Capuleto y Montesco”. Lo único que se modificó fue el desenlace que siguen reescribiendo, dado que el músico logró que sus padres cambien.

Tal como precisa “Vanitatis”, la figura de “Ketama” admite que sus padres son más anticuados de lo habitual. Sin embargo, logró que acepten a la esposa poco a poco. Juntos aprendieron que nadie podía interponerse si se tomaban de la mano. “El amor todo lo cura”, sentenció la mánager. Matilde aceptó tiempo después del nacimiento de la primera hija de Antonio Carmona a la “rubita” de su nuera, quien ganó su respeto a fuerza de carácter. No fue el último obstáculo que superaron nuestros “Romeo y Julieta”. La aceptación de los padres era el primer eslabón, luego viene la complicada tarea de convivir para “toda la vida”.

Mariola Orellana y Antonio Carmona.

Mariola Orellana reconoció públicamente que pasaron un momento de crisis contundente, que su hija mayor sufrió, y que los distanció por un tiempo. En 2011, Antonio Carmona hizo las valijas y se separó de la madre de sus hijas durante dos meses, hasta que la extrañó demasiado. “RTVE” precisa que eran el uno para el otro, a tal punto que volvieron a casarse tiempo después como una reafirmación contundente de su amor. Llegaron a las bodas de plata fiel al estilo de ambos: celebraron a pura “improvisación”, sin importar la opinión del resto, para reeditar el sueño de “noche de verano” que los había unido. “Diez Minutos” añade que en aquella celebración cantó Lucía Carmona, toda una ocurrencia para probarse el traje de artista.

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