El alarmante diagnóstico de José Sacristán que lo deja al borde del retiro

Los homenajes se hacen en vida, teniendo al artista con su espíritu sobre un escenario y los aplausos merecidos por el gran aporte que dejó en su carrera. Este caso ideal retrata a la perfección lo que puede ser el final de José Sacristán, galardonado recientemente con el Goya de Honor 2022. El actor está al borde del retiro y nadie podría evitarlo. La puerta la abrió hace tiempo, concretamente en 2019, cuando representando una obra teatral corroboró el impiadoso paso del tiempo.

El intérprete confesó que padece de una enfermedad llamada “labilidad emocional”, que lo perjudica cada vez que expresa sus emociones. Es un padecimiento que lo sufre desde hace mucho tiempo y que ahora le está pisando los talones. La expareja de Mila Ximénez apenas reconoció que “le está jugando una mala pasada”, por lo que sería mejor tomar el camino de salida. En estos años puede salir adelante de la mejor manera, principalmente, disfrutando del oficio de actuar. A su entender, pensar únicamente en premios puede perjudicar “la salud” de cualquier artista consagrado.

La delicada salud de José Sacristán

El actor siempre se caracterizó por ser de la estirpe de artistas que hablan arriba de un escenario. No le dedicó mucho tiempo a sus romances en las entrevistas, ni mucho menos a los dramas de su salud. Pero “Cadena 100”, precisa que esta vez abrió su corazón para referirse a la “labilidad emocional” que padece. José Sacristán explicó que, por ejemplo, en un momento no pudo soportar ver “Las mil y una noches” sin desmayarse. Sabía desde “mocito” que la enfermedad podía costarle caro. Antes de la pandemia, justamente pensó en un retiro que podía tener a Buenos Aires como marco ideal.

“Voy a tratar de negociar conmigo mismo”, deslizó ante “El Español”. La simbólica reflexión del actor tenía como objetivo final dedicarse más tiempo, también a su amada Amparo Pascual y a los ya avanzados 80 años que tiene encima de su vida. En aquella entrevista realizada por la obra “Señora de rojo sobre fondo gris”, el actor no dio justificativos. Todavía mostraba la imagen hermética a la que nos acostumbramos con los años, muy distinta a la actual. Incluso, se permite confesar que llora todos los días, un despertar emocional que no muchos hombres se atreven a realizar.

Lloramos y a mucha honra.

Tal como precisa “Cadena 100”, en la última comparecencia dejó al descubierto la faceta sensible que negó hasta hace pocos meses. Ni siquiera pretendía declarar palabras de consuelo por la partida de Mila Ximénez, una exnovia conocida de su etapa dorada. Ahora bajó del pedestal de toda estrella y compartió sus inseguridades. José Sacristán está tan preocupado por el avance de su enfermedad que ya no teme esclarecer su “dermatitis nerviosa” ni el resto de las secuelas. Quizás sea el principio del fin del gran maestro y una gran actitud de grandeza es reconocerlo sin pudor. A fin de cuentas, nunca fue una persona “competitiva”. Según “El Confidencial”, no le interesa llegar primero a la meta, sino que lo elijan otros como el mejor, mientras él lo disfruta. Así es como lo hizo actuando de niño, adolescente, adulto y aún en estos años complicados.