La Reina Isabel recibe un nuevo golpe que la reviste de luto en medio de su delicada condición

A pesar de su alta investidura como Monarca del Reino Unido, de cara interna a la vida de Palacio, siempre se supo que la Reina Isabel guardaba especial cariño por sus trabajadores más leales y especialmente sus damas de compañía. Estas mujeres han dedicado la mayor parte de su vida a servir a su majestad y con ella han creado un vínculo casi de fraternidad, incluso desde 1953 cuando la reina Isabel asumió el trono, tras el penoso fallecimiento de su padre Jorge VI.

Una de estas damas que sirvió a la Reina Isabel por siete largas décadas fue Ann Fortune FitzRoy, aristócrata de nacimiento, y una de las mujeres en las que la Reina Isabel se apoyó durante todo este tiempo. Pero, el día de hoy, a la Soberana le toca vestir de luto, pues fue anunciado que su leal escudera falleció este martes a los 101 años de edad. Así lo recogió la revista "Hola".

Entre sus funciones, destacó por ser la responsable de los impecables estilismos que la Reina Isabel ha lucido durante años, ser su infaltable compañera en algunos viajes de estado e incluso citas tan importantes como la apertura anual del año parlamentario.

No obstante, la Reina Isabel se permitió traspasar los linderos del servicio y profesar a la Duquesa de Grafton su valedera amistad, gesto que Lady Ann supo honrar con creces, escalando en posicionamiento con una lealtad y fidelidad inquebrantable, que le mereció en 1980 el nombramiento honorable como Dama de la Gran Cruz de la Real Orden Victoriana, título de gran relevancia que reconoce a destacadas personas su servicio a la Corona.

Además, tanta fue la cercanía entre ambas desde un primer momento, que la Reina Isabel aceptó con mucho gusto convertirse en madrina de bautismo de su segunda hija, Lady Virginia FitzRoy, en 1954, es decir, un año después de su proclamación como Soberana del Reino Unido. Hoy la apacible dama de sonrisa discreta y compañera incansable finalmente abandona su cargo.

Para la Reina Isabel, este último año ha sido de lo más complicado, y especialmente doloroso. Recordemos que en abril pasado debió despedirse de su esposo, Felipe de Edimburgo, y tal como en esta ocasión sucede con el caso de Lady Ann, también debió decir adiós a otra entrañable allegada como Lady Mary Colman (quién era su prima) y Lady Elizabeth Anson (quién se encargaba de organizar algunas celebraciones como sus cumpleaños).