Raquel Mosquera toma una fuerte decisión para alejarse de su pasado oscuro con Pedro Carrasco

La pandemia significó un momento muy difícil en la vida de todos, pero para Raquel Mosquera estos años se convirtieron en un pozo del que no puede salir. Mientras atraviesa su situación más complicada, la peluquera, viuda de Pedro Carrasco, tiene claro que hablando se pueden sanar las heridas, y decidió dar una entrevista para la revista "SEMANA" en la que desvela su duro presente.

Si bien Raquel Mosquera asegura que logró superar "una época muy mala", lo cierto es que lleva años luchando por sobrellevar sus problemas de salud mental, que preocuparon a su círculo íntimo cuando tuvo que atravesar dos brotes psicóticos. Además, la viuda de Carrasco no cuenta con un buen presente económico, y tuvo que tomar serias medidas. 

Es que la peluquera es una de las tantas personas afectadas por los desastres económicos que provocó la pandemia, y tras las restricciones, debió cerrar su peluquería ubicada en Las Rozas. El negocio era uno de los mayores sustentos para Mosquera, pero esa no fue la única pérdida que sufrió su familia dado que su pareja, Isi, tampoco pudo seguir adelante con su emprendimiento gastronómico en Móstoles. 

Las malas noticias se acumularon y, para salir del pozo, Mosquera debió tomar una decisión que la ataba a su pasado con Pedro Carrasco. Luego de meditarlo, llegó a la conclusión de que debía vender su casa: un chalet de 750 metros cuadrados que compró en el 2002 luego de la muerte del padre de Rocío Carrasco. 

El inmueble, ubicado en la exclusiva zona de Galapagar, tiene una carga sentimental fuerte para Raquel, ya que fue el lugar donde ella pasó el duelo por el fallecimiento de su primer esposo, y donde luego crió a sus hijos. Pero soplan nuevos vientos, la casa es muy cara de mantener y Raquel Mosquera está dispuesta a vivir en un lugar más pequeño.

“Mi centro de belleza está en Las Rozas y el restaurante de Isi en Móstoles, y hasta donde vivimos son todos los días muchos kilómetros. Por eso queremos una casa más cerca de Las Rozas”, aseguraba Raquel, decidida a dejar atrás el lugar que la refugió de la pérdida de Pedro Carrasco para poder hacer frente a un futuro mejor.