Del más allá
Luego de 25 años sin Encarna Sánchez, su legado sigue dejando rastros de misterio y soledad
Ni todo el dinero del mundo es capaz de comprar un verdadero afecto.
El 5 de abril de 1996, Encarna Sánchez agonizaba hasta la muerte en su preciosa mansión en el barrio de La Moraleja, en Madrid. Una mujer que supo ser leyenda por su destacado perfil profesional, pero también por sus grandes influencias.
Curiosamente, Encarna Sánchez falleció estando prácticamente sola, agonizó en los últimos días, debido a que la enfermedad ya la estaba consumiendo por completo. La inmensa mansión que habitaba la locutora estaba rodeada de lujos, pero sin ningún afecto verdadero capaz de sostener su mano en sus peores momentos.
La vida de Encarna Sánchez estuvo marcada por los éxitos y los desaciertos. Fue la primera mujer en presentar un programa de televisión, dando paso a toda una generación de mujeres periodistas, una victoria del género femenino por primera vez en la historia de la televisión española.
Fue una de las figuras más convocantes. Los programas que Encarna Sánchez lideraba estaban marcados por el éxito. Además, empezó a hacerse de un gran círculo de amigas íntimas de la talla de Isabel Pantoja, Isabel Preysler y Miguel Boyer.
Era influyente, no podemos negarlo. Aunque los rumores sobre sus preferencias amorosas empañaron su figura, relacionando a la exitosa locutora con sus propias amigas. Se llegó a decir incluso que Encarna Sánchez obsequiaba regalos para que luego le sea retribuida una “atención”.
Pero lejos de todo eso, Encarna supo dominar a la prensa a su antojo. Jamás reveló cuál era verdaderamente su preferencia, que ni falta hacía pues ella estaba enfocada en su carrera y no dejaba que su vida privada sea comida para la prensa, pero muchas veces no pudo evitarlo.
Encarna Sánchez falleció sola, rodeada de objetos preciosos y con una trayectoria impecable, que supo cultivar con el paso de los años. Fue una feminista hecha y derecha, fuente de inspiración de muchas mujeres y el inicio de una gran generación de profesionales. Sea lo que sea que se diga de ella, su presencia aún no ha desaparecido y probablemente nunca lo hará.
