CONTROVERTIDO
Las declaraciones de Luis Miguel Dominguín que habrían cambiado el rumbo de su familia
El diestro no tenía problemas en manifestar sus sentimientos.
El 8 de mayo de 1996 Luis Miguel Dominguín partía de este mundo dejando una huella inolvidable en el mundo de la tauromaquia. El diestro, amo y señor de las plazas de toda España e incluso de Latinoamérica logró atraer a reporteros de todo el mundo con su conmovedora historia.
El niño pobre de infancia sufrida y golpeado por la vida pasó de solo conocer el barro de la mediocridad a ser un rey amado y respetado por todos. Una historia de película que logró llegar a las fibras sentimentales de la prensa, como es el caso del escritor y periodista Keith Botsford, reconocido por ser pariente de Nicolás Maquiavelo.
Botsford se hallaba hipnotizado ante la magnitud de Luis Miguel Dominguín y no tardó mucho tiempo en arreglar con el torero una cita en la que una larga conversación entre ambos terminó transformándose en un libro titulado "Dominguin: Spain's Greatest Bullfighter".
A pesar de que este libro no logró obtener la atención mundial que Keith Botsford pretendía, fue suficiente para acapar la atención de la prensa del corazón. En él, Dominguín hacía polémicas declaraciones que hacían pensar que Lucía Bosé había desdibujado su potencial ante un hombre tan controvertido.
Con mis hijos no se qué hacer ni qué decir. Cuando estoy en casa estoy allí de exhibición, como un objeto de museo.
"Dominguin: Spain's Greatest Bullfighter" fue más que criticado por la prensa estadounidense, ya que la visión que logró captar Botsford sobre el padre de Miguel Bosé era la de un hombre triste, vacío y cargado de críticas, inflado por su ego y la polémica de cómo veía a sus hijos.
Quiero a mis hijos, pero me cansan.
Las brutales declaraciones que Luis Miguel Dominguín realizó frente al pariente de Maquiavelo, en las que tuvo definiciones poco acordes a los tiempos que corren, en los que vinculaba a los asistentes de las plazas de toros con meretrices, hoy por hoy, resultan polémicas y repudiables, pero, comprendiendo el contexto histórico, son reflejo de una época.
