La "otra familia" de Joan Manuel Serrat durante sus años de exilio en México

Joan Manuel Serrat ha sufrido las consecuencias de la dictadura franquista en la década de los '70. Era perseguido por el gobierno español debido a que se pronunció en contra del mismo públicamente, lo que lo llevó, entre otras cosas, a exiliarse en México. 

Durante la época en la que México y España no tenían buenas relaciones diplomáticas, los norteamericanos crearon una embajada en la casa de los Taibo, en donde, muy amablemente, Paco Ignacio Taibo I recibió a los extranjeros que buscaban refugio, y allí estaba Joan Manuel Serrat. 

Sin embargo, Joan Manuel Serrat no era cualquier exiliado, sino que él había viajado para hacer una gira por México, aunque el gobierno español empezó la persecución del poeta, por lo que su colega lo invitó a su casa, en donde, según explicó Benito Taibo, sus padres le brindaban "solidaridad, apoyo, un plato de comida o una palmada en la espalda".

Este tema fue hablado por Joan Manuel Serrat durante un vivo que realizó para YouTube con Paco Ignacio Taibo II, Paloma Saiz y Marina Taibo, quienes recordaron la vez que el artista llegó a su casa, que había comenzado por ser una visita esporádica por unos asuntos de trabajo, pero terminaron formando una gran familia entre todos.

Vivió un tiempo en nuestra casa de Cuernavaca, porque hubo algún conflicto político y él tuvo que salir de España y tener un bajo perfil, así que se quedó en la casa de mis padres.

Fuente: (Paraleerenlibertad)

Joan Manuel Serrat y el patriarca de los Taibo construyeron una amistad sólida e indestructible hasta el final. Paco Ignacio Taibo I falleció en 2008 a los 84 años, y es recordado con mucha alegría por su familiar del corazón. 

Taibo recuerda que se había mudado de la casa de sus padres, por lo que su cuarto se convirtió en una habitación para huéspedes, en donde el barcelonés de 77 años se quedaba cada vez que pasaba por el país a hacer giras y en donde su madre recibía hasta a 12 personas, entre ellos, Víctor Manuel y Ana Belén. 

Joan Manuel siempre ha estado del lado de las causas correctas y nobles: un tipo de una pieza, entrañable y maravilloso. Para mí, hablar de él es como hablar de uno de mis hermanos o de mis tíos.