Rocío Carrasco y José Ortega Cano dejan de lado sus diferencias para defender a Rocío Jurado

Cuando uno pensaba haberlo visto todo, un nuevo revés en la trama del drama nos hace pensar lo contrario. Fue a principios de junio que el documental de Rocío Carrasco dejó el mundo de los Ortega Cano y los Mohedano patas para arriba. ¿El motivo? El anuncio de una nueva serie, esta vez, con ellos y su vínculo con Rociíto como protagonistas.

El homenaje en Chipiona sin la hija de Rocío Jurado marcó la primera lluvia de la gran tormenta y los programas del corazón se hicieron un festín pensando en qué estaría sucediendo puertas para adentro de la casa del torero. Sin embargo, un nuevo zasca en la vida de la familia de la coplera ha logrado lo imposible: que José Ortega Cano y Rocío Carrasco unan fuerzas legales por un motivo en común.

El anuncio de las “Memorias del corazón” de Jesús Mariñas dio tantísimo que hablar, sin haber sido lanzado siquiera. Y es que, al parecer, el amigo de Rocío Jurado habría hablado pestes del padre de Gloria Camila y José Fernando (alcoholismo y “cateto” fueron palabras barajadas en el escrito) y, sobre todo, habría puesto en duda la sexualidad expresada en público de la más grande.

Algunos fragmentos, incluso, fueron leídos en “Viva la vida” y Ana María Aldón se negó apenas a mencionar palabra sobre afirmaciones en las cuales el periodista hablaba que el amor del matrimonio entre el torero y la Jurado se había acabado pronto, “por no usarlo”. Fue un día más tarde en “Ya es mediodía”, que en conexión telefónica con Sonsoles Ónega, el diestro salió a dar la cara por él y su clan.

 “Opino que Mariñas, primero que es muy mayor. Y segundo, que siempre ha sido un caradura” fueron las palabras del viudo de Rocío Jurado sobre el escritor. Pero lo sorprendente fue cuando habló sobre la heredera universal de la artista. “Si lo demanda Rocío, lo voy a demandar yo también y vamos a hacer una demanda global que lo único que ha hecho es chupar del bote” aseguró tajante.

De esta forma, Ortega Cano dio a entender, de cierta manera, que no tiene problemas de limar asperezas con la hija de la Chipionera, con tal de defender su honor. Ante el revuelo generado por el libro, Rosa Benito metió bocado y terminó por sentenciar que toda la movida de Jesús Mariñas es, netamente, para vender el libro.