El día que Raphael mostró su temperamento y paró un concierto para retar a su público

Raphael es dueño de uno de los públicos más fervorosos de la escena musical española, siempre y cuando lo comparemos con otros artistas de su edad, claro. Las pasiones que despiertan sus interpretaciones son tan espectaculares como abrumadoras y hacemos énfasis en el modo de cantar más allá de las letras de las canciones o de la música porque realmente es un actor que hace música con su voz.

La devoción de los fanáticos de Raphael por él y su arte no es nueva y, de hecho, podríamos asegurar que esa característica se ha mantenido durante toda su carrera, incluso en los primeros años, cuando recién estaba fogueándose. Lo anterior es cierto al punto tal que quienes iban a un concierto del citado cantante se veían tentados de buscar compañero/a de baile para salir a la pista a movilizar los cuerpos en sintonía con las melodías.

Pese a lo que muchos pudieran creer, ese es un comportamiento con el que el intérprete de “Qué sabe nadie” no estaba del todo de acuerdo y lo dejó muy claro en una oportunidad en particular: un espectáculo que brindó en un pub de Zaragoza denominado “Cancela”. Allí, inspirados por alguna de las composiciones del artista, el público salió frenético a la pista y el reto no tardó en llegar como si se tratara de un maestro de escuela que aplica un correctivo a sus alumnos: "Señores, he venido aquí a cantar, para que ustedes me escuchen. Por favor, siéntense", sentenció.

Raphael no tenía ninguna intención de que su espectáculo se convirtiera en un bailable y no tuvo ningún inconveniente en dejarlo muy claro. Seguramente, esa no fue la última vez que le indicó a su público los objetivos que perseguía con su música, pues con el paso del tiempo y el aumento de la fama, la locura de los fanáticos no ha hecho más que crecer. ¿Qué pensará el vocalista de que los asistentes a los shows canten cuando suenas sus coplas favoritas? ¿También le molestará? Porque en ese caso tampoco se le está prestando atención directamente a su talento. No hay respuestas a esos interrogantes pero lo que sí está muy claro es que la música del hombre de Linares no se baila, al menos no en sus conciertos.