Mila Ximénez se vio obligada a separarse de su hija, Alba Santana: "El momento más difícil"

Todavía no hemos podido superar la partida de Mila Ximénez, que nos dejó el pasado 23 de junio, a un año de anunciar que padecía cáncer de pulmón en el lugar que le dio trabajo durante 12 años, y en donde ganó su mayor reconocimiento: "Telecinco". 

Mila Ximénez será recordada por su carisma y su honestidad a la hora de decir las cosas de frente, sin temor ni piedad, defendiéndose de quienes querían molestarla tanto a ella como a su familia, pero, sobre todo, con su hija, Alba Santana, la persona a la que le fue más difícil contarle acerca de su padecimiento, tal como lo relató en una de sus últimas apariciones en "Sálvame".

Si bien Alba Santana mantiene un perfil bajo, Mila Ximénez ha mostrado su disgusto con su exmarido y padre de su primogénita, Manolo Santana, ya que no es muy apegado a su hija. De hecho, su padre no apareció en el tanatorio de su exesposa para acompañar a Alba en un momento tan complicado. 

Si de momentos difíciles hablamos, Mila Ximénez desveló en su libro autobiográfico "Perdón, si no hablo de mí", publicado en 2005 por la editorial "Espejo de Tinta". En él, desvela sus mejores y peores momentos, algo que la revista "Lecturas" decidió republicar.

En su tercera entrega, la revista del corazón cuenta el episodio más difícil para la exesposa de Manolo Santana. Se trata de un capítulo que a ella misma le costó escribir, y así lo contaba de su puño y letra, en la que menciona a su primogénita, Alba, quien actualmente tiene 38 años.

Hoy, en este momento en que estoy empezando a escribir este capítulo, el más difícil de mis memorias, es 15 de abril y he decidido narrarlo el mismo día y acaso a la misma hora en que nació mi hija, Alba, hace veintiún años. 

Mila Ximénez no podía escribir este capítulo, por lo que la ansiedad le ganó una noche en la que pensaba contar la historia de Alba y la peor decisión, la más difícil que ha tenido que tomar en su vida: dejar a Alba Santana con su padre, ya que él podría darle la vida con lujos que ella no podría en ese momento.

Reconocer que tuve que tomar la decisión de enviar a mi hija a vivir con su padre sigue haciéndome daño.