La gran derrota de Victoria Federica, para la que no le ha sido útil ser miembro de la Realeza

Victoria Federica es considerada por muchos como “el talón de Aquiles” de la Familia Real española. Si bien en los últimos años hay una tendencia creciente en la que los miembros del clan (sobre todo los más jóvenes) intentan adaptar el protocolo a la modernidad, la hija de la Infanta Elena parece haberse saltado todos los pasos intermedios y siempre termina apareciendo en los portales por motivos que suelen estar cargados de polémica. Sin embargo, la exposición mediática no es algo que disfrute especialmente.

Decimos lo anterior porque siempre que algún grupo de reporteros sigue a Victoria Federica con el objetivo de obtener su testimonio, ella huye. Además, porque en el caso de que le gustara estar en boca de todo el mundo, su proyecto más reciente hubiese funcionado de mil maravillas; estamos hablando de convertirse en una influencer. La prima de la Princesa Leonor lleva dos cuentas de Instagram en forma paralela, una para su círculo íntimo y otra para el público en general, pero la segunda no funciona como debería.

@vicmarichalar es el nombre de usuario con que puede encontrarse a la nieta de Doña Sofía en la red social de las fotos, y tal como puede apreciarse en adjunto, ese es un perfil catalogado como “blog personal”, de manera que ha sido creado con fines publicitarios o profesionales y no como algo íntimo. Esa es una apreciación que confirman los primeros movimientos que Victoria hizo allí, pues comenzó publicando algunas postales en las que etiquetaba a una marca de joyas; pero eso en breve dejó de suceder.

Si bien el número de seguidores con el que cuenta allí Victoria Federica es grande, todos sabemos que la única manera de ser exitoso en el espacio digital tiene que ver con la generación de contenido de alta calidad, creativo y constante; algo que la muchacha parece desconocer. Además de los posteos que antes mencionábamos, el feed de la cuenta solamente tiene dos publicaciones alusivas a dos etapas muy representativas de la pandemia (el confinamiento estricto y el paso a fase 2) y luego solamente se ha comunicado con su comunidad mediante historias una sola vez para pedir recomendaciones de películas.

Para este proyecto 2.0, a Victoria Federica no le ha sido suficiente el hecho de pertenecer a una de las pocas familias Reales que continúan existiendo en el mundo, sencillamente, porque no ha puesto todo lo que este tipo de iniciativas necesita. Es muy probable que a la jovencita le provocara cierta pereza la idea de ponerse a planificar estrategias de contenido para mantener enganchados a sus seguidores, o bien que cayera en la cuenta de que realmente prefiere pasar desapercibida. En cualquier caso es evidente que no tendrá mucho futuro por esta vía, a menos que cambie el método y defina si de verdad quiere ser una bloguera profesional.