LA CONTRACARA DE LAS TABLAS

Las casas de Raphael esconden los secretos mejor guardados del artista

“El niño de Linares” no puede apartarse de eso que es y hay un espacio en el que esa esencia se plasma casi como en ningún otro sitio.
sábado, 3 de julio de 2021 · 20:05

Hay artistas cuya trascendencia nos hace creer que es imposible desconocer algo de sus vidas, no importa si los datos pertenecen al espacio privado o a la carrera profesional y Raphael es uno de ellos. Lleva más de sesenta años sobre los escenarios y, si bien eso puede traducirse en fama descomunal y flashes acaparándolo todo, ha sabido mantenerse bastante al resguardo de los ojos curiosos.

Lo anterior lo decimos porque, aunque es cierto que la carrera de Raphael es enorme y continúa sorprendiendo, se sabe muy poco, por ejemplo, de aquellos sitios que han sido su refugio y el de su familia. Y lo decimos en plural porque, como es de imaginar, ha sido más de uno donde el vocalista ha dejado su huella. Es propio de las personas con don de arte que dejen su impronta a cada paso y él lo hizo nada más y nada menos que con sus moradas.

Raphael en su residencia de soltero. 

La primera residencia del intérprete de “Como yo te amo” (y quizás la más representativa) fue la de soltero, aquella en la que recibió la visita de los primeros reporteros interesados en su trabajo. Según sus allegados, ese espacio estaba repleto de elementos muy propios de su estilo, los cuales que conseguía en cada una de sus actuaciones en el exterior: jaulas para pájaros (pero sin ellos) de todas las formas, colores y tamaños, decoración con terciopelo, madera blanca y cuadros de obras clásicas.

Luego, es necesario destacar otra de las grandes mansiones de Raphael, emplazada en una espectacular urbanización madrileña (Montepríncipe) y en la que comenzó a transitar su camino como hombre comprometido con la mujer que se ha quedado a su lado toda la vida: Natalia Figueroa. Allí es donde han crecido sus hijos y el salón ha sido usado muchas veces como sala de conferencias para la presentación de sus proyectos. En cuando a la decoración, aparentemente el tiempo le hizo mutar el gusto porque las jaulas fueron reemplazas con esculturas y el terciopelo, por lino blanco.

Raphael en su casa de Madrid.

Hasta aquí, todo coincide con lo “normalmente esperable” de las casas de una estrella internacional. Sin embargo, hay un dato extra que sirve para graficar la enormidad de Raphael en todos los sentidos. Como todo cantante que vende discos en todo el mundo, gran parte de sus proyectos se han desarrollado en Miami y, mientras se encontraba en aquellas latitudes, no estuvo hospedado en hoteles de turismo ni en residencias cualquiera. Su casa era nada más y nada menos que la que antes había pertenecido al presidente Richard Nixon, en la ciudad de Florida.

Los movimientos de vivienda han continuado y la última jugada conocida ha sido la adquisición de un chalet en Ibiza donde ha pasado la mayor parte del confinamiento junto a su familia. Se trata de una casa de dos plantas que cuenta con una superficie cubierta de 230 m², más 35 m² de piscina y 500 m² de espacio verde dedicado al jardín que le ha servido para inspirarse y trabajar en su disco conmemorativo a 60 años de carrera ininterrumpida.

Raphael en su casa de Madrid.

No sabemos cómo luce la mansión de Ibiza, pero estamos seguros de que no debe faltar al menos un piano para sus horas de ensayo y ejercicios vocales. En cada uno de sus espacios, Raphael ha demostrado que el arte y él son dos partes de lo mismo y que son indivisibles. Su marca ha estado presente siempre y cada casa por la que pase experimentará el mismo efecto hasta el final de sus días.

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