El lado ácido y menos comercial de Freddie Mercury, ese que no figura en “Bohemian Rhapsody”

Existe una tendencia general mediante la cual los muertos se redimen de todas sus culpas por el solo hecho de haber fallecido, como si de repente dejaran de importar los juicios morales en los que se los encasillaba cuando todavía eran parte de este mundo. Según los críticos de Freddie Mercury, exactamente eso es lo que ha sucedido con él, fundamentalmente a partir de la divulgación de “Bohemian Rhapsody”.

Freddie Mercury es el artista internacional que más fama ha mantenido de manera póstuma. Desde su partida, el 24 de noviembre de 1991, han salido cientos de libros, series y documentales contando su historia. Entre ellos, es el último proyecto cinematográfico el que se llevó todas las estrellas. Sin embargo, hay quienes la catalogan de poco coincidente con la realidad y hasta aseguran que la historia en sí ha sido decorada en pos de hacerla más atractiva para la industria.

Más allá de la opinión de los detractores, es cierto que en la vida del vocalista ha habido algunos sucesos no pueden considerarse, precisamente, ejemplares, pero que son típicos de las experiencias alocadas de las estrellas de la música. Uno de ellos tiene que ver con su vínculo con Lady Di y el día que se la llevó de fiesta en modo encubierto. Al principio, sus allegados trataron de convencerlos de que era una muy mala idea, pensando en los titulares que saldrían si descubrían su rostro, pero ambos hicieron caso omiso, se disfrazaron y pasaron una noche inolvidable: todo lo contrario al perfil responsable y cuidadoso que se mostraba en algunas escenas de la película.

Otro de los perfiles menos explorados en el film ha sido el vinculado a las adicciones de Freddie Mercury y esto es comprensible considerando que se pensaba en una producción destinada al público en general. En este sentido, hay datos que dan cuenta de que su consumo a cierto tipo de sustancias era tan habitual que, al menos una vez, llegó a interferir con su trabajo, puntualmente con un proyecto en el que coincidiría con Michael Jackson. Este se negó porque, supuestamente, no soportaba ver como su colega ostentaba los narcóticos en el estudio de grabación.

Es muy probable que todas las historias menos brillantes de Freddie Mercury sean ciertas, pero eso no debería ir en detrimento de la película, al menos no desde nuestra perspectiva. “Bohemian Rhapsody”, desde el minuto cero, se definió como una película homenaje y no como un documental, de modo que sus creadores tenían permitido alejarse un poco de la realidad y agregar cierto condimento para hacerla más atractiva a los consumidores. De ahora en más sabemos que, si lo que buscamos es conocer de manera cabal los pormenores de una biografía, lo más apropiado es no quedarse con solo un producto en el que se rinda culto. Freddie ha sido una estrella de vanguardia por donde se lo mire y, como tal, es lógico que tuviera decenas de facetas incógnitas para el público general.