Conoce a las desconocidas personas que se esconden detrás del éxito de Karlos Arguiñano

A los 72 años, Karlos Arguiñano todavía sigue siendo el chef más aclamado de toda España. El vasco tiene una impronta de cocina mediterránea única que lo diferencia de cualquier otro profesional de su rubro por el arraigo con las tradiciones culinarias de la península. Pero, detrás del genio, existe un gran equipo que no puede faltar en ningún momento. Es más riguroso de lo que aparenta, pues así lo demostró cuando se negó a asistir a “Masterchef” por ser un “reality”.

El chef graba tranquilo “Cocina abierta de Karlos Arguiñano”, debido a que sabe bien que su “hotel-restaurante” de Zarautz está en las manos de sus siete hijos. Se trata de una especie de empresa familiar que muchos turistas visitan y que, según los herederos, no fue puntualmente planificada, sino que se fue consolidando muy paulatinamente. Ahora tratan de preservar un legado que sus padres construyeron desde los cimientos. Además de las dificultades económicas, Karlos y su esposa María Luisa lucharon mucho por tener niños. “Lo intentaremos tanto como haga falta”, defendía el vasco.

El chef más famoso de la televisión tiene un prestigio que conservar en cada programa y cada visita turística a su restaurante. Por ello, sus sietes hijos conforman un equipo realmente organizado que se divide las tareas del lugar. Martín, uno de ellos, asegura que la crianza en grupo que le ha dado Karlos Arguiñano fue fundamental para que ahora tengan un gran clima laboral. Según “El Español”, Zigor Arguiñano tiene la tarea más difícil de todos por su actividad en la cocina. Seguramente, la estrella de “Antena 3” lo ha llenado de consejos y exigencias. Este último punto se percibe con su rechazo a “Masterchef”, pues defiende que los participantes deben “conocer la comida de verdad”.

Los jóvenes deben ir más a los mercados, a comprar productos frescos.

En su opinión, el concurso no hace pedagogía sobre este punto. En una entrevista, el chef añadió que precisamente se trata de un reality que no le atrae por el fin último: entretener. “Cope” precisa que el experto no se ve conmovido cuando los participantes recuerdan los platos de sus familiares más amados, pues no pierde de vista que detrás existe un beneficio económico del programa. Por su lado, sólo prefiere enseñar en una verdadera escuela de cocina que se ve reflejada en el restaurante de Zarautz. Si bien sus hijos aprendieron todo de él, también tiene un rebelde en la familia. Se trata de “Txarli”, un joven que le hace competencia a Karlos Arguiñano en los momentos de su ausencia.

Más allá del restaurante, el heredero que lleva el mismo nombre del chef se dedica a la “cocina amateur”. No es el único que se separa de la mayoría del clan, sino que también Amaia decidió desprenderse de la empresa familiar. “El Español” precisa que una de las más jóvenes de la familia optó por la universidad, mientras los otros cinco hermanos atienden el lugar que reunió todo el prestigio de la cocina por la Estrella Michelín, obtenida durante tantos años. En algunos domingos, los siete hijos encuentran a Karlos Arguiñano y se toman algunos cafés hasta altas horas de la tarde. Es una tradición familiar que ha costado al reconocido chef en lo personal y económico. Según relató a “El Hormiguero”, su esposa perdió dos embarazos. En medio de ello, trabajaban en una pescadería que apenas los ayudaba a subsistir, hasta que conocer a Joan Manuel Serrat cambió sus destinos para siempre.