SOBRE EL FINAL

Todas las veces que Oyku demostró en “Mi Hija” que el amor es la llave que abre las puertas

La dulzura de la niña nos ha cautivado tanto que nos cuesta imaginarla en otro papel.
jueves, 23 de septiembre de 2021 · 03:45

Este domingo, Antena 3 pondrá en el aire el último episodio de “Mi hija” y eso quiere decir que se nos van terminando las telenovelas turcas que despertaron nuestra admiración por las ficciones de ese origen. Si bien es cierto que la cadena ya ha ido reemplazando el espacio con otras propuestas, no será fácil que los espectadores vuelvan a sentir por otros personajes lo que Oyku los hizo sentir.

Sin lugar a dudas, “Mi Hija” es una historia de muchas idas y venidas, pero en la que es posible identificar una constante que siempre ha estado presente: las ganas de la protagonista de modificar su realidad. Lo anterior no es un dato menor, pues no existe un capítulo en el que no le pasaran cosas desgarradoras, desde siempre. Sin embargo, lejos de tomar por la vía del rencor y del resentimiento, Oyku se mantuvo firme en ese don heredado que funciona como la luz de su alma: el amor.

Demir y Oyku.

La primera escena en la que la pequeña estrella de la serie nos demostró que el amor era la clave, fue cuando, al ser abandonada por su madre, decide ir en busca de su padre y quedarse pese a los incesantes rechazos que recibió de su parte. Demir era un estafador y nada en su vida reunía los requisitos como para hacerse cargo de la crianza de una hija. Sin embargo, fue la dulzura de la niña lo que le terminó mostrando que era posible vivir de otro modo y esa motivación derivó en que cambiara rotundamente su rumbo.

La llegada de Candan a la vida de Oyku y de Demir significó uno de los momentos más esperanzadores de “Mi Hija”, pues la veterinaria se presentaba como la adulta responsable que estaba dispuesta a cuidar de la niña. En este caso, la honestidad y la simpleza de la pequeña también fueron elementos claves como para que Candan no quisiera alejarse nunca más de ella y que luego también se enamorara de Demir. Aunque pasaron por varios altibajos en materia romántica, producto de que el pasado delictivo del hombre jamás dejaba de perseguirlo, parece que el final es bueno para ellos.

Oyku de "Mi Hija".

La enfermedad de Oyku, ese trastorno que le hacía perder la memoria, fue el tema central de las escenas más dramáticas de “Mi Hija”. Cada vez que la niña debía ser ingresada al hospital por una descompensación, no podíamos creer que fuese posible que tantas cosas le pasaran a ella, pero incluso en ese escenario tan desolador y angustiante, la muchacha se las arreglaba para descomprimir el ambiente. Ella ha sido el motor de toda la historia, la clave indiscutible del éxito, quien nos ha hecho creer en las superproducciones turcas; pero también, quien ha apuntalado a Demir para que dé el paso más esperado de toda la novela: su casamiento con Candan, unas escenas que, al parecer, tendrán lugar este domingo en el capítulo final.

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