IMPENSABLE

Charlène de Mónaco y la única amiga "royal" que sabe entender el por qué de su eterna tristeza

No, no es la Reina Letizia, pero la Princesa y la Monarca comparten a esta "sonriente" amiga en común.
sábado, 25 de septiembre de 2021 · 10:01

El trance de atleta olímpica a Princesa Consorte de un Principado, quizás, es el sueño infantil de muchas niñas, pero en la práctica no resulta una tarea sencilla. Para Charlène de Mónaco, de hecho, pareció constituir más bien un sacrificio y cuya cuota parece seguir saldando después de una década de matrimonio con el Príncipe Alberto.

A través de todos estos años, la Princesa ha tenido ocasión para lanzar ciertos llamados de alerta, con un diagnóstico evidente, soledad crónica. Sitios como "Mujer hoy" han difundido declaraciones en las que la sudafricana afirma apenas haber hecho dos amigos en una década y, además, reconoce sentirse triste por extrañar a su familia y amigos.

Para Charlène de Mónaco, sus años en el Principado han transcurrido entre muchas dificultades, parece que nunca pudo adaptarse del todo.

Pero, ahora, pudimos conocer que en todo este asunto de desarraigo, tristezas y soledad, Charlène de Mónaco siempre contó con una gran aliada, una que por cierto ha podido aportarle mucho, durante todos estos años con invaluables consejos que, sin duda, la han contenido en circunstancias difíciles, hablamos de la muy querida Reina Máxima de Holanda.

A simple vista, ¿qué podrían tener ambas mujeres en común? Si precisamente un gesto característico puede diferenciar a ambas mujeres, es precisamente su personalidad: mientras que la holandesa es todo sonrisas, simpatía y cercanía, Charlène de Mónaco, en comparación, desluce a su lado, siempre taciturna y con un semblante privado por las emociones en sus apariciones oficiales.

Pero según la revista "Lecturas", tanto Charlène de Mónaco como su par real comparten una historia de vida similar: para poder unirse en matrimonio con el Príncipe Alberto y el Rey Guillermo respectivamente, debieron abandonar sus países de origen y abrazar a un país entero, con culturas y barreras idiomáticas muy particulares, así como costumbres y protocolos muy rígidos para poder encajar. Ambas se han encontrado en este sentido, y el apoyo de Máxima de Holanda ha sido un gran gesto que la sudafricana ha reconocido, como sucedió hace años en una entrevista concedida a "The Times":

Me apoya mucho. Desde que Máxima se mudó a Holanda desde Argentina, hemos tomado decisiones de vida similares. Ella me ha dado los consejos que realmente puedo necesitar.

Máxima de Holanda siempre tuvo el apoyo incondicional de su esposo en un aspecto fundamental, seguir siendo ella misma.

Por supuesto, tengamos en cuenta que, a diferencia de la exnadadora, la madre de la Princesa Amalia no tiene por cuñadas a las princesas Carolina y Estefanía de Mónaco, preciosas, muy estilosas, pero reconocidas por su hermano Alberto como unas expertas "despedazadoras" de cuñadas. En cambio, tuvo desde el principio el apoyo del fallecido Rey Claus y, hoy por hoy, tiene como su aliada número 1 a su suegra, la muy querida Princesa Beatriz.

Esto parece un dato menor pero no lo es en absoluto. Para adaptarse a sistemas tan rigurosos, el apoyo es fundamental, y todo indica que Charlène de Mónaco tuvo que aprender el trabajo institucional casi a ciegas, a lo Lady Di. Hace un año lo confesaba a la revista "Huisgenoot", justo antes de atravesar por su situación actual en su país natal: "Tengo el privilegio de poder llevar esta vida, pero extraño a mi familia y amigos en Sudáfrica y es por eso que a menudo estoy triste porque no puedo estar con ellos". Parece que la vida le ha concedido volver después de tanta nostalgia, pero no de la manera que ella esperaba.

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