Glamour

La hija de Ágatha Ruiz de la Prada se llevó todas las miradas en una boda real

Cósima Ramírez acudió a la boda de la Princesa María Anunciata de Liechtenstein y Emanuele Musini.
martes, 7 de septiembre de 2021 · 14:24

En la boda de la Princesa María Anunciata de Liechtenstein y Emanuele Musini estuvieron presentes grandes figuras como Beatrice Borromeo, Pierre Casiraghi, Tatiana Santodomingo, Andrea Casiraghi, Sassa de Osma, Christian de Hannover, Inés de Cominges y Cósima, la hija de Ágatha Ruiz de la Prada. Esta última se llevó todas las miradas gracias a su look. 

La joven compartió imágenes de los atuendos que escogió y generó revuelo en redes sociales. Está claro que Ágatha Ruiz de la Prada y Cósima Ramírez son madre e hija, ambas adoran los colores, son su marca personal. También lució accesorios muy originales, como gorros y gafas, que fueron la frutilla del postre. 

Ágatha Ruiz de la Prada lució un llamativo gorro azul con flores.

Cósima Ramírez acompañó sus atuendos con un gorro azul con flores en relieve y unas gafas de sol, del estilo de las que se usaban en los años 50. Estos accesorios le dieron vida a su look, un palazzo rojo y una camisa blanca. La hija de la diseñadora “agathizó” las prendas añadiéndoles flores. 

Para la fiesta nocturna, la hija de Ágatha Ruiz de la Prada se quitó el gorro y optó por una coleta de altura media. También cambió las plataformas color azul eléctrico por unas zapatillas blancas, amarillas y rosas que combinaban con su falda. En esta ocasión, la frutilla del postre fue un lazo de tafetán que se ató al cuello. 

Ágatha Ruiz de la Prada se cambió de look. 

La falda que escogió también llamó mucho la atención ya que tenía escrito “hola!” en blanco, celeste, rosa y amarillo. Acompañó esta prenda con una remera con rayas celeste fucsia, mostaza y azul oscuro. La hija de la diseñadora es muy segura de sí misma, no le tiene miedo a las críticas.

Cósima Ramírez pasó una jornada muy divertida junto a figuras como Lucía Echavarría, con quien compartió un paseo en carruaje por el centro de Viena. Sin duda, fue una boda única con mucho glamour y entretenimiento.

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