Revelación

Los objetos secretos que Carlos Marín escondía en su misteriosa casa de Madrid

El barítono tenía una afición impensada que ocultaba detrás de su elegancia.
sábado, 1 de enero de 2022 · 03:00

El último adiós a Carlos Marín podría haber sido en Barcelona, o bien Rüsselsheim, la ciudad alemana donde nació en un lejano otoño de 1968. Pero lo cierto es que sus familiares eligieron que fuera en Madrid, y no se debe a las cuestiones de comodidad de la capital, sino al amor que sentía el barítono de “Il Divo” por la ciudad del “Oso y el Madroño”. Tenía una casa hecha a su medida que algunos tuvieron el placer de visitar. Como mencionó Geraldine Larrosa recientemente, adoraba tanto este sitio que pensaba celebrar la Navidad aquí.

La estrella de “Il Divo” vivía en el barrio Puerta de Toledo, en un piso donde estaba rodeado de comodidades y objetos que hacen referencia al catolicismo, budismo y otras creencias. Casi como si se tratase de todo un politeísta maya, el lírico se refugiaba en creencias espirituales en su día a día. Creía mucho en la “energía” de estos símbolos tan infaltables en esta casa madrileña. Era la parada perfecta cuando tenía algunos momentos de vacaciones, y además su lugar de niñez. Jamás olvidará las tardes en que caminaba rumbo al Conservatorio Superior de Madrid para aprender todo sobre el cuarto arte.

Los rincones más curiosos de la vida de Carlos Marín

El cantante solía ser discreto con su vida privada. Su rostro aparecía en los medios cada vez que realizaba performances inolvidables como “Bohemian Rhapsody” o giras internacionales con “Il Divo” que dejaban a España en la cima de la consideración. Pero este 2021, el barítono abrió las puertas de su casa para dejar registro sobre su intimidad. Invitó a un reportero de “Telemadrid” a su piso, le sugirió que se siente cómodo en su sillón y mostró sus preciados objetos. El decorado es sobrio, con la elegancia que caracterizaba a Carlos Marín para interactuar. Este sitio era el elegido para celebrar esta Navidad, hasta que indicó lo contrario en una videollamada.

Carlos Marín desayunando en su casa.

Geraldine Larrosa y su hija, quien tenía como padrino al talentoso lírico, tenían la ilusión de verlo en Nochebuena tras su gira por el Reino Unido. La historia es ya conocida, pues apenas se presentó en el show de “Il Divo” que se desarrolló en Bath. Luego fue internado por su infección de coronavirus, y los peores presagios se apoderaron de su exesposa. Según “20 minutos”, la reconocida “Innocence” advirtió que nunca volvería a verlo al escuchar un mensaje más orientado a su despedida en la última videollamada. Será tarea de ella cuidar todas las reliquias que dejó en su casa. La más importante, sin lugar a dudas, es la cruz que bendijo el mismísimo Papa Francisco.

El barítono junto a algunas de sus fotografías.

En la entrevista de “Telemadrid”, fue curioso que al lado de biblias y medallas de San Benito, se hallaran objetos relacionados con el budismo. Esta religión le ayudaba mucho con la denominada “ley de atracción”, toda una regla infalible para los optimistas como él. Carlos Marín también recolectaba piedras, especialmente una amatista, que lo ayudaba como si fuese un amuleto de la suerte. Para no sentirse solo, acostumbraba a comprar muchas plantas, pero lo cierto es que sugirió que por su cuarto pasó mucha gente. “No les cuento”, bromeaba con su característico humor. Su lugar favorito posiblemente fuera el que le proporciona una vista panorámica de la ciudad que tanto ama. Aquí deslumbró por primera vez con “El pequeño Caruso”, sus habilidades de canto y piano, según “Semana”. Por lo tanto, Madrid le perteneció siempre por su historia, al igual que sucede con otros maestros como Joaquín Sabina.

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