Ricardo Bofill, casi familia de Isabel Preysler, dejó una huella imborrable tras su partida

El nombre de Ricardo Bofill comenzó a frecuentar definitivamente las portadas de la prensa del corazón cuando su hijo, Ricardo Jr, se casó con Chábeli Iglesias. El romance con la primogénita de Isabel Preysler fue fugaz, aunque suficiente para que el gran arquitecto se hiciera conocido tras sufrir por mucho tiempo. Debió construir su carrera entre Francia y Suiza por sus ideas políticas, prohibidas aquí, bajo la impronta de un arte contestatario con la tradición ya dominante. Así surgieron la Muralla Roja y tantas otras obras hoy recordadas.

Después de Antoni Gaudí, Cataluña ha tenido la suerte de ser la tierra natal de este maravilloso arquitecto. Este viernes Ricardo Bofill ha fallecido a los 82 años en un hospital de Barcelona, bañado en la gloria de haber hecho de esta ciudad una de las más bellas de Europa. Fue el artífice del Teatro Nacional de Cataluña, el Aeropuerto y el lujoso Hotel Vela, pero nunca deseó el reconocimiento que merece. Tras el antecedente de su hijo, decidió asumir un perfil bajo: su visión era que la fama podía construirle un personaje que lo perjudicaría en el trabajo. 

El adiós a Ricardo Bofill, el último genio de Barcelona

La vida del arquitecto fue diseñada con la creatividad y sutileza que reflejaba en su obra. El único tropiezo involuntario se dio cuando lo expulsaron de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura barcelonesa, de acuerdo a “Informalia”, por razones políticas complejas para el contexto franquista. Pero al ser tan talentoso, Ricardo Bofill se hizo un lugar en Francia, Japón y otros países del mundo para luego retornar a su Cataluña natal. En este sentido, se llevó distinciones "honoris causa" en las universidades de Hamburgo y Metz en sus mejores días.

El gran legado que ha dejado fue poder reunir a Salvador Clotas, Julia Romea y otros intelectuales de los años 60 en su Taller de Arquitectura, según “ABC”. Fue la época donde finalizó los estudios, que se habían interrumpido en Barcelona, precisamente en su exilio en Suiza. Afortunadamente, sus hijos llevaron adelante este prestigioso grupo. Pablo y el ya conocido Ricardo Emilio, por su romance con la primogénita de Isabel Preysler, mantienen activa esta sociedad. Sin embargo, Ricardo Jr. le ha causado más decepciones que alivios al padre, dado que Chábeli Iglesias no dejó bien visto el apellido.

La diseñadora de interiores llegó a deslizar que tenía ciertos vicios que perjudicaron a su fugaz matrimonio. Estuvieron apenas tres años casados, pasando casi más tiempo entre los programas de televisión que juntos en la casa. La boda, tal como lo mencionó Julio Iglesias, fue un fracaso. Lo mismo ocurrió con Paulina Rubio, tal como precisa “Informalia”. La cantante decidió dejarlo por cómo “causaba daño a los demás”, algo que finalmente cambió. El hijo de Ricardo Bofill reacomodó su vida cuando ingresó al Taller de Arquitectura del padre y cambió su trato con Chábeli Iglesias. El gran arquitecto tenía razón a fin de cuentas. Su heredero se había vuelto una persona “despectiva” por tanta fama a sus pies, según “RTVE”, que solo pudo cambiar al lado de la familia.