Luis García Montero relata por primera vez los detalles del triste final de Almudena Grandes

El amor tiene miles de rostros, felices o tristes, y las parejas de famosos más veteranas aún siguen dando este ejemplo. Luis García Montero perdió al amor de su vida, Almudena Grandes hace poco tiempo y sorprendió al confesar que la pasó bien en los últimos días con ella. Estar en las buenas y malas fue todo una dicha para el prestigioso poeta. Incluso en una de las recientes entrevistas que dio, estar a su lado en los últimos momentos le sirvió para seguir escribiendo acerca de uno de los grandes misterios: encontrarle un significado al fallecimiento.

El escritor dejó atónitos a sus fanáticos por la gran enseñanza que le dejó la partida de su esposa. Cuidar a Almudena Grandes fue el broche de oro a una vida llena de felicidad para Luis García Montero, entre dedicatorias, viajes y miles de sueños compartidos. Nuevamente, el granadino está dando cátedra al desterrar todo el característico sufrimiento que trae una pérdida. Ella misma le susurró al oído que en la última etapa de la enfermedad era feliz junto a él, y lo único que lamenta es que no viese el día después a ello. La conmoción que generó la noticia de su ausencia le hubiera sorprendido tanto como a él. “Hay otro tipo de sociedad”, reflexiona esperanzado.

Los últimos diálogos de amor entre Luis García Montero y Almudena Grandes

La autora de “Las edades de Lulú” trató el final de su vida como lo hizo con la noticia de su enfermedad. Sin darle demasiada trascendencia, pensando en disfrutar del momento y de todo lo cosechado en su vida. Luis García Montero sigue coincidiendo con este pensamiento, puesto que no tiene reproches por el destino, sino que lo limita a una cuestión de “mala suerte”. Según señaló a “El País”, el poeta aclara que si bien Almudena Grandes no lo manifestaba, se tomó con “mucha disciplina” los cuidados de su salud. En el caso del granadino, fue una oportunidad única para seguir escribiendo en el último año y medio. Seguramente la reflexión será el trasfondo de sus próximas obras.

La inspiración sigue presente en el poeta, aunque sin la mejor correctora de títulos que pudiera imaginar. Aún en el tiempo de su enfermedad, los escritores seguían consultándose por los mejores nombres de portada para sus obras. En “Diario de Navarra”, Luis García Montero añadió que incluso existe un borrador inédito sobre un proyecto novelístico de su compañera que podría publicarse, a la luz de tres distintas sugerencias de títulos. Fueron apenas una mínima parte de lo último que pudieron hablar juntos. En el resto, el tema de la enfermedad de Almudena Grandes se cruzaba: lo deberían, como toda pareja, entre la esperanza y pesimismo de uno u otro.

Aquellos días de tanta impaciencia ahora son un recuerdo inolvidable. Luis García Montero extraña demasiado la presencia de Almudena Grandes, verla escribiendo o mirando una serie junto a él. Definió ante “El País” que el sofá se transformó en una auténtica “barca a la deriva”, yendo hacia un mar abierto de nostalgia que puede herirlo si no se atreve a mirar adelante. El poeta, por momentos siente que la vida dejó de tener sentido y por otros se queda con el dulce sabor de haberla disfrutado en gran parte con esta maravillosa artista. Cada instante juntos se mezclaba con el pretexto de una dedicatoria o corrección literaria, según “Público”. Por ello cree inolvidable todo el fenómeno que dejó su partida en su persona y el resto del público. A su entender, es parte del selecto grupo de García Lorca y otros maestros que quedarán para siempre en la memoria colectiva.