La Infanta Cristina a punto de enfrentar el día en que todo empezó y terminó con a Iñaki Urdangarin

Es muy conocida una vieja frase que reza "Recordar es vivir", y por lo general evoca a las buenas memorias y a la nostalgia como sentimiento conector con los buenos momentos vividos. Para la Infanta Cristina, puede que en los próximos días haya una mezcla entre aquellos recuerdos entrañables que siempre perduran y un choque de realidad que se sobrepone, pues esos momentos ya no volverán, pues el próximo martes, la exduquesa habría cumplido un año más de matrimonio con Iñaki Urdangarin.

La boda de los exduques de Palma se celebró el 4 de octubre de 1997 y la ciudad de Barcelona fue la elegida para celebrar la boda más importante y más mediática de aquel año, a la que asistieron más de 1.500 invitados para ser testigos de la unión de dos jóvenes enamorados, ilusionados con el futuro y completamente desprevenidos ante lo que les iba a tocar vivir varios años después.

Pero aquel día todo fue felicidad, como nunca antes se había visto entre los Borbones hasta el momento (con el perdón de doña Elena). La Infanta Cristina se casaba por amor ante un total de 10 millones de televidentes que presenciaron a través de imágenes aquel momento de fulgor en una novia cargada de ilusiones, que se casaba con aquel lindo diseño de su amigo diseñador Lorenzo Caprile que resaltaba su figura de forma clásica y con líneas muy favorecedoras a su silueta desde todos los ángulos, aunque la sonrisa que adornó su rostro durante ese día fue el complemento con el que más brilló.

Después de 25 años de unión, ¿quién podría pensar que en esta fecha próxima, la historia se escribe diferente? Después de las serias repercusiones que trajo para sí misma y su familia el controversial caso Nóos, el distanciamiento familiar, un exilio forzado y la pérdida de un ducado, hoy la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin esperan por la firma de un divorcio que nadie imaginó sería posible. Sin embargo, su separación del exatleta le ha traído algunas consecuencias puntuales pero favorecedoras: la hija de los reyes eméritos se ha unido mucho más a su familia, las puertas de Zarzuela y Marivent se han abierto para ellas y hasta celebró en pasados meses un reencuentro con el Rey Felipe, después de tantos años de alejamiento familiar.

Y aunque todos fuimos capaces de ver cuánto le ha afectado esta separación, desde el mes de enero de este año cuando la traición de Iñaki Urdangarin saltó a los medios con su actual novia, Ainhoa Armentia, también hemos podido apreciar como la Infanta Cristina intenta resurgir de sus cenizas y replantearse una nueva vida que nunca buscó, pero a la que debe hacer frente junto a sus hijos y poco a poco lo va logrando. Sin duda, este próximo martes será un triste día para recordar, pero lleno de esperanzas futuras.