La nueva "gracia" de Victoria Federica que aliviaría el bolsillo de Doña Elena y Jaime de Marichalar

De Victoria Federica se puede decir y desdecir lo que se quiera: que es simpática, que no lo es tanto con la prensa o, sencillamente, que al no ser parte del núcleo duro de la familia real, y aún con la carga de su apellido a cuestas, se puede permitir algunos saltos de página que, por ejemplo, jamás veremos en sus primas, Leonor y Sofía, porque para ella la libertad de ser y vivir tal cual como quiere es cuestión suya y de nadie más.

En base a ello, toma ciertas decisiones que, si bien ganan en practicidad, también lo hacen en controversia, porque desde que se convirtió en figura pública, incluso sus más mínimos movimientos son de gran interés para la prensa y la opinión pública, especialmente cuando los realiza entre algunos medios de transporte de uso común y para nada royals.

A Victoria Federica ya la habíamos visto en su propio coche, en el de sus amigos y en moto, ya sea para trasladarse de un lado a otro o como parte de alguna sesión de fotos. Incluso la hemos visto cometiendo infracciones en monopatín, al no usar casco y recorrer la ciudad junto con una amiga en el mismo vehículo, pero jamás, desde que la conocemos, la habíamos visto en el transporte público como cualquier usuaria más.

Sin mayor motivo o razón aparente, ahí teníamos a Victoria Federica y varios amigos, como su inseparable bestie Rocío Laffón, Tomás Páramo y María del Jaime, entre otros rutilantes compis de juerga, haciendo fila para coger uno de los autobuses de la EMT este miércoles en horas de la noche, luego de asistir a la tradicional corrida de Las Ventas en celebración del Día de la Hispanidad para apoyar la faena de su amigo, el torero Roca Rey.

Por supuesto, la hija de la Infanta Elena no pudo evitar la curiosidad de los transeúntes, que no parecían entender que, efectivamente, estaba a punto de subirse a un autobús, quizás por primera vez en su vida, pero sin perder el buen humor que la acompañó durante esta salida con amigos. Se podría afirmar que Victoria Federica estaba divirtiéndose en grande. Quizás de ahora en más hará del servicio colectivo de la ciudad su mejor aliado para desplazarse por Madrid y otras ciudades sin caer en riesgo de sumar más multas de tránsito en el correo de doña Elena.