El último desborde emocional de la Infanta Elena mantiene en alerta a su entorno más cercano

Definitivamente, estos meses no han sido los mejores para la Infanta Elena y actualmente existe cierta preocupación a su alrededor con respecto a su tensa situación personal y familiar, que aunque nunca estuvo desprovista de rumores y entre variadas sospechas, ella misma habría confirmado gracias a una expresión que dejó caer el día de su altercado con la periodista que no la llamó debidamente "doña Elena". Aquella frase que precedió, "Estoy acabada", fue la que definitivamente terminó por definir en que plano anímico se encuentra en estos momentos.

Si lo juzgamos por la forma como perdió los papeles ese día, podríamos inferir que para la Primogénita de los Reyes Eméritos, soportar en silencio tantos altibajos comienza a pasarle factura. La posibilidad de que el Rey Juan Carlos regrese a España pronto es un motivo que parece desvelarla desde que partió hacia Abu Dabi en 2020 y no parece ser una discusión que siquiera se encuentre entre la última en la lista de prioridades de Casa Real, por lo que podría ocasionar mucha tensión a nivel familiar desde hace algún tiempo, especialmente entre ella y su hermano, el Rey Felipe.

A esto debe añadirse la sensación invasiva que le genera el poder confiar en quienes la rodean, y esto nos lleva al varapalo actual que atraviesa la Infanta Cristina en medio de su divorcio con Iñaki Urdangarin. Se sabe que entre la Infanta Elena y su aún cuñado hubo una gran amistad cimentada en los años, la lealtad y su compromiso para ayudar al vasco cuantas veces hizo falta. Es normal que a las vistas del panorama actual se sientes traicionada, dolida y no quiera contestar preguntas al respecto.

Pero además, medios como El Mundo aseguran que si hay algo que sepulta todo atisbo de buen humor en el ánimo de la Duquesa de Lugo, es la incursión de Victoria Federica en el famoseo y la sobreexposición pública. En este particular la Infanta Elena "tiene miedo de que Victoria Federica caiga en las redes de una multinacional de la moda, que la maneje a su antojo y se le escape definitivamente de las manos. Tras la abdicación de Don Juan Carlos y desde que Don Felipe la eliminó de la familia real, ella ha sido un ejemplo de discreción y le desagrada que su hija sea comidilla de la prensa rosa", aseguran al citado rotativo desde su entorno.

Esto quizás sea la razón que hoy le impide siquiera mantener las buenas formas cuando siente cercana la presencia de su exesposo, Jaime de Marichalar. Recordemos que hace apenas un poco más de una semana coincidieron en la fiesta de cumpleaños de la Princesa Ira de Furstemberg y apenas podían tolerar respirar bajo el mismo aire, según contaron algunos prestes totalmente incómodos ante la escena. La Infanta Elena le adjudica total responsabilidad por el salto de su hija como figura pública y eso para alguien tan discreto como ella sería no menos que imperdonable pero luego, ¿qué podría hacer al respecto? Todas estas situaciones están fuera de su alcance y en todo caso lo que le queda es intentar aceptarlo por más que le cueste, ¡y vaya que para ella resulta un trabajo de tiempo completo!