La ausencia de Charlène de Mónaco mientras Alberto visitaba España: recaída o escapada

La visita del Príncipe Alberto en España y su cordial paso por Zarzuela, que devino en un almuerzo de carácter privado con el Rey Felipe, horas antes de su viaje junto a la Reina Letizia a Alemania, fue toda una sorpresa. Más allá de las razones que han mantenido en prudente distancia a los royals por años, hubo un tema que generó dudas desde el momento en que las fotos oficiales del Jefe de Estado y el monegasco salieron a la luz. Nadie, absolutamente nadie, sabía dar respuesta a dos preguntas puntuales: por qué Charlène de Mónaco no acompañó a su esposo en su viaje hacia Cantabria y dónde estaba exactamente mientras esto ocurría.

La Princesa volvió con sus energías repuestas tras una forzada estancia en Sudáfrica, que se prolongó durante casi un año por intervenciones quirúrgicas, y varios meses en una clínica de salud mental en Suiza. En este contexto, si bien retomó su agenda de representación, no parece incluir tiempo de esparcimiento y ocio con el Príncipe Alberto en sus planes.

A pesar de la buena sintonía que ambos han demostrado en los eventos oficiales, es cierto que la situación no se extiende a algunos viajes familiares. En medio de las vacaciones estivales, se supo que el Grimaldi viajó en varias oportunidades con sus hijos, y Charlène de Mónaco decidió pasar de estas iniciativas. Por aquellos días, surgían rumores sobre un posible contrato matrimonial de 12 millones de euros a favor de la sudafricana, tan solo por evadir la tentativa de divorcio y aparecer en el Principado por motivos de representación. Aunque se trató de desmentir esta matriz, la duda permanece en el ambiente.

Para muchos, su presencia en España era más que esperada, pues, a fin de cuentas, ¿quién no querría presenciar un posado oficial con Charlène de Mónaco junto a la Reina Letizia? Sin embargo, este no ha sido el momento para ello y, después de 12 años, el hijo del Príncipe Rainiero III visitó tierras cántabras en solitario, en medio de algunas aproximaciones que evalúan la posibilidad de que su esposa haya sufrido una recaída en su estado anímico.

Desde espacios mediáticos como ‘El Debate’, comentan que, si bien es cierto que Charlène de Mónaco parece mucho más descansada y con un semblante esplendoroso, quizás haya preferido refugiarse en alguna de las residencias palaciegas pertenecientes a la familia Grimaldi. Otras voces que aseguran que la exatleta ha escogido escapar hacia una bonita pero sencilla casa que el Príncipe Alberto adquirió en los Alpes Franceses, cuya característica más notable es su casi imposible acceso, a dos horas de Montecarlo. Se trataría entonces de un simple descanso, sin mayores motivos por los cuales temer retrocesos en su situación personal.