Los viajes más bizarros del Príncipe Alberto y su familia a España: fósiles, vergüenza y un caballo

La visita del Príncipe Alberto a España ha sido por mucho una de las más inesperadas en Zarzuela, no solo porque resultó toda una sorpresa el hecho de ser recibido por el Rey Felipe a tan solo horas de viajar con destino a Alemania, sino por el motivo que lo trajo desde Montecarlo, y que por cierto ni es la primera vez que lo hace, ni tampoco será la última vez que veremos a un Grimaldi en España, tentados por circunstancias "poco habituales" cuando hablamos especialmente de un royal.

¿Quién dijo que la Reina Sofía era la única con aficiones un tanto inusuales? Si bien la Emérita nunca ha escondido su curiosidad por el espiritismo, los avistamientos ovnis o las apariciones marianas, también su pasión por la arqueología es una que bien podría compartir con el Príncipe monegasco, quien en esta oportunidad hizo parada estratégica en Madrid, pero su punto de interés geográfico fue Cantabria, para visitar las cuevas del Monte Castillo declaradas Patrimonio de la Humanidad en 2008, aunque ya nos había visitado en verano para recorrer en Burgos el yacimiento de Atapuerca.

Sin embargo, a estas visitas seudo oficiales protagonizadas por el esposo de Charlène de Mónaco (quien no parece en absoluto interesada en secundar al Grimaldi en este tipo de intereses), también se suman las realizadas por sus hermanas, las princesas Carolina y Estefanía, que también han dado para hablar a lo largo del tiempo.

Recordemos que en 2009, la hermana mayor del Príncipe Alberto estuvo en San Sebastián para asistir junto al Rey Juan Carlos y Doña Sofía a la reapertura del Aquarium de la localidad. La justificación para esta cita tan aparentemente inocua, fue el hecho de que según el relato histórico el tatarabuelo de la bella monegasca, Alberto I y el abuelo del Emérito Alfonso XIII, habían inaugurado hacía 80 años aquel lugar. Lo que nadie parecía recordar es que ambas familias, los Borbón y los Grimaldi todavía atravesaba la resaca del impase aquel protagonizado por el Príncipe Alberto en el que frustró las pretensiones de Madrid para convertirse en sede de los juegos Olímpicos durante su candidatura al Comité Olímpico en 2005.

Pero aún más extraña fue la etapa de cantante de la segunda hermana del Príncipe Alberto, la Princesa Estefanía de Mónaco durante los años 80. Siempre destacada como rebelde, la Princesa quería incursionar en esta faceta y no se le ocurrió mejor lugar para iniciar camino que en el desaparecido programa Esta noche, Pedro, donde no solo le pagaron 12 millones de pesetas por hacer playback en plena grabación en vivo, sino que además, en plena transmisión en vivo recibió un caballo como regalo.