REY FELIPE

El Rey Felipe y el 1-O: las horas previas al discurso hacia Cataluña que marcó su reinado

Al día de hoy se cuenta como historia, pero sin la intermediación del Monarca, Cataluña ya no sería parte de España.
domingo, 2 de octubre de 2022 · 09:44

Nunca, y seamos totalmente enfáticos en esto, nunca la palabra "independencia" ha estado ni estará separada del sentir y la historia de Cataluña. Cada año, cuando el calendario marca el 1 de octubre, la historia nos recuerda la última (de varias) ocasión en la que está Ciudad Autónoma intentó decidir su destino por sí sola con la ejecución de un tenso referéndum, pero también recuerda el día que el Rey Felipe, a falta de acciones precisas por parte de la presidencia de Gobierno y el cese abrupto de las comunicaciones por parte de las autoridades catalanas con Casa Real, decidió dar un paso al frente amparado por el artículo 56 de la Constitución. La misma le otorgó la facultad de dirigirse al país e intervenir directamente en medio de un proceso político que por poco cambió totalmente la división territorial de España como país.

La comunidad internacional, las autoridades nacionales y los distintos cuerpos diplomáticos aconsejaban por supuesto la mediación del Jefe de Estado en este conflicto de intereses y este paso no fue por supuesto, producto de la volatilidad del momento. Las consultas fueron muchas, hubo profundas reflexiones y en el tablero de este ajedrez político, se intentaba establecer una línea de estrategia que podría ser una espera paciente ante el movimiento del adversario o actuar antes y dar el golpe primero. El Rey Felipe decide lo segundo, aconsejado por distintas facciones de la sociedad civil y luego se elaboró el histórico discurso, bajo formas en las que quedara asentado la intencionalidad del titular de La Zarzuela.

El Rey Felipe en su discurso del 1-O. Fuente: (Foto de archivo).

"Debe ser breve, claro, conciso y con un estilo muy directo. No puede contener concesiones buenistas ni expresiones de voluntarismo. El Monarca ha intentado en todo momento "estar ahí". Ha soportado sin un mal gesto los desplantes de las autoridades de la Generalitat y del Ayuntamiento de Barcelona, ha conllevado estoicamente sus visitas blindadas, fuera a la capital catalana, fuera a Gerona y otras localidades. Ha hablado con quienes se han prestado a ello y ha tendido todos los puentes posibles. El discurso se ensaya varias veces, pero menos de las habituales". Así lo expuso El Confidencial en su más reciente edición.

Por supuesto, en este discurso también se determinó que si bien el mensaje sería frontal, era innecesario llevar uniforme militar, menos aún después de los enfrentamientos civiles y policiales registrados. El Rey iría de civil, en traje con colores sobrios. Su imagen sería visto desde un plano medio, ni panorámicas ni saltos de cámara que pudieran resultar distracciones, todo en luz tenue y por supuesto, ni una sola frase en Catalán, está vez no habría una nueva ofrenda de paz, sino un mensaje en perfecto español a todo el país y especialmente a los catalanes que votaron por el "No", ellos necesitaban una respuesta, necesitaban apoyo y así lo hizo el Rey Felipe, "no estáis solos".

En toda Cataluña hasta hoy se recuerda la quema masiva de fotos del Rey Felipe. Fuente: (Foto de archivo).

Después de algunas consultas previas con Mariano Rajoy y Pedro Sánchez -quienes tuvieron sus aprehensiones con respecto al contenido discursivo-, el Rey Felipe supo desde mucho antes que este mensaje marcaría por completo su reinado. Podría abrir aún más la brecha del no entendimiento con Cataluña y otras facciones políticas, pero también lograr dirigirse con rigor, contundencia y responsabilidad en medidas justas, cuestión que en efecto sucedió.

Desde hace ya tiempo, determinadas autoridades de Cataluña, de una manera reiterada, consciente y deliberada, han venido incumpliendo la Constitución y su Estatuto de Autonomía, que es la ley que reconoce, protege y ampara sus instituciones históricas y su autogobierno. Con sus decisiones han vulnerado de manera sistemática las normas aprobadas legal y legítimamente, demostrando una deslealtad inadmisible hacia los poderes del Estado. Un Estado al que, precisamente, esas autoridades representan en Cataluña". Refrendó el Rey Felipe como parte de su discurso al país y una posición frontal nunca antes vista.

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