El problema de la Princesa Gabriella que no parece preocupar a Charlène de Mónaco

Desde hace algunos meses, la exitosa recuperación física y emocional de Charlène de Mónaco la ha desmarcado de a poco de aquella etiqueta que acompañó a su figura por aproximadamente una década como "la Princesa más triste de Europa". Hoy su semblante es distinto, su energía se ha renovado y pretende poco a poco conquistar nuevos espacios mientras gana terreno en el marco de la institucionalidad.

Pero además se muestra cada vez más cercana con sus seguidores y es a través de plataformas como Instagram donde nos permite acceder a algunos momentos claves en su vida personal y familiar. Es así como recientemente hemos podido apreciar una de las postales más tiernas y más recientes en la que protagonizan ni más ni menos que sus pequeños hijos, los príncipes Jacques y Gabriella de 7 años de edad y que por cierto cumplirán 8 años en el próximo mes de diciembre.

Para Charlène de Mónaco, poder acompañar los cambios y objetivos alcanzados por sus hijos a nivel académico es una de sus más grandes satisfacciones, tomando en cuenta que durante el año 2021 sus complicaciones médicas interfirieron con su dinámica familiar. Por ende pareciera intentar compensar su prolongada ausencia permaneciendo junto a ellos en todo momento.

En la hermosa postal se puede ver a los pequeños mellizos posando en lo que podría tratarse de una suerte de posado oficial. En ella ambos niños llevan el uniforme escolar del colegio al que asisten de forma presencial, Saint François d'Assis-Nicolas Barre. A modo de leyenda, la sudafricana escribió en el post "Crecen muy rápido".

Como una divertida nota curiosa, aún se puede evidenciar que lo único que no parece crecer tan rápido como los niños, son los mechones de pelo que la pequeña Gabriella se cortó de su rubia cabellera y remató haciendo lo propio con su hermano menor, Jacques. A pesar de que trasquilarse el cabello parece ser un juego habitual y costumbre entre Charlène de Mónaco y el Príncipe Alberto, pues nadie parece apurar el intento por arreglarlo y hasta donde se puede ver, dejarán que la naturaleza haga su parte y una vez que crezca, le darán una forma "más adecuada".

Por ahora todo parece indicar que a nivel familiar Charlène de Mónaco vive una etapa mucho más tranquila y prometedora de cara al futuro. No solo demuestra ser una madre fantástica sino que incluso su dinámica con su esposo ha cambiado para mejor y esto se refleja en su intención de retomar la vida institucional con mucho más entusiasmo de lo que se podía ver en años anteriores. Con esta proyección mucho más prometedora podemos augurar que el peor tiempo ya pasó para la exatleta y de ahora en más, todos los aspectos de su vida parecen alinearse para mejor.