A Daniel Freire le diagnosticaron a tiempo el cáncer en sus ganglios. Esto le permitió hacer el tratamiento de quimioterapia y reaccionar de manera positiva. Hoy el actor cuenta cómo sobrelleva la situación más complicada de su vida y el acompañamiento de su pareja, familia y amigos como Ana Obregón, con quien ha mantenido el contacto a lo largo de estos años.

El intérprete señaló que la detección temprana de la enfermedad fue definitoria. Para él fue sacarse “una mochila de encima” y enfrentarse a lo que vendrá. “Sí, Sí. Fundamental. Me lo cogieron a tiempo. Era muy pequeño, estaba instalado en varios ganglios, por eso no pudieron operar, pero bueno, el tratamiento ha sido muy bueno”, dijo.

Hoy el actor habla del proceso que vivió estos meses e indicó: “Estoy muy bien. Estoy con controles cada tres meses y esperemos que pasemos a cinco y después a un año, así que muy bien. El proceso del tratamiento fue muy bueno”.

Estoy muy bien. Estoy con controles cada tres meses.

Amistad profunda

La relación entre Ana Obregón y Daniel Freire inició cuando fueron compañeros en la ficción Ana y los 7. Él cuenta que ella ha sido un apoyo fundamental en su recuperación. “Yo sigo hablando con ella, me ha llegado su energía y ella como que no quiso intervenir muy asiduamente, porque había pasado lo que había pasado en su vida y por lo tanto era remover un montón de cosas, pero siempre sigo en contacto con ella”.

No quiso intervenir muy asiduamente, porque había pasado lo que había pasado en su vida.

Para él la actriz es una mujer “fuerte” y grata “compañera”. Daniel Freire se pregunta de dónde ha sacado tanta fuerza Ana Obregón después de la pérdida de su hijo, a causa de un cáncer, y sus padres. “Habría que preguntarle a ella, pero tiene toda la fuerza del mundo y mi cariño”, dijo.

Una batalla sin igual

Daniel Freire ha librado una cruzada sin precedentes a favor de su salud. Cuenta que “la familia como Alberto, mi pareja, como en mi familia, que incluso vino desde Argentina y estuvo conmigo. Los amigos, los que no son amigos y mandaban buena energía, que eso se siente siempre. Y la actitud, qué sé yo. Creo que, aunque sea un monstruo, hay que enfrentarlo y ponerle buena cara”.