PALOMA BARRIENTOS

Paloma Barrientos revela el peor remordimiento de Iñaki Urdangarin, que lo perseguirá la vida entera

Ser infiel a su aún esposa y herir a sus hijos no puede compararse con el dolor que el exduque lleva a cuestas.
lunes, 3 de octubre de 2022 · 10:28

Aquel 4 de octubre de 1997, vimos a una Infanta Cristina radiante, pletórica, digna de admirar con aquel hermoso vestido que confeccionó con especial cariño para ella, su gran amigo Lorenzo Caprile y finalmente desfilar del brazo de su padre, el Rey Juan Carlos para ser recibida en el altar por el hombre que la acompañaría por los próximos 25 años de su vida. Sin embargo, hubo un detalle en la entonces Duquesa de Palma que resaltó en su momento y que a muchos hizo preguntarse cómo hizo para aguantar todas las festividades de su matrimonio. Y es a esta particularidad a la que la periodista Paloma Barrientos se ha referido justamente para recordar momentos inéditos sobre este día tan especial, al menos para la protagonista de sus anécdotas.

Según refrenda la experta en temas monárquicos, la hija de los reyes eméritos no había dormido casi nada la noche anterior. El Ayuntamiento de la Ciudad de Barcelona había desplegado un impresionante show de agua, luz, música y fuegos artificiales en la fuente mágica de Santjuic y luego hubo una cena en el palacete Albéniz, lo que muy pocos supieron sobre aquella noche anterior, fue que los dulces novios, junto al entonces Príncipe Felipe y varios amigos se quedaron hasta muy tarde tomando tequila y celebrando a lo grande, eso sí, sin casi testigos sobre aquella postfiesta que luego se reflejó en el ilusionado pero cansado rostro de la Infanta Cristina.

La Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin. Fuente: (Foto de archivo).

Iñaki Urdangarin, por su parte, estaba renunciando a una vida simplona, entre grandes glorias por el lado del balonmano y sin mucho que ofrecer a nivel curricular, para adentrarse a una vida palaciega, de lujos, contactos, y sobre todo oportunidades a las que nunca habría podido acceder siquiera por mérito propio. Casa Real por supuesto hizo lo propio en estos casos: maquillar una hoja de vida más "acorde" a un Duque, con “estudios en empresariales” y no "licenciado en económicas" como brillaba en alguna página que debió ser eliminada de forma inmediata e incluso tirar de cualquier hilo en el árbol genealógico del vasco, para adjudicarle alguna mínima traza de linaje, y pues solo pudieron rescatar "un antepasado santo en la familia Urdangarin. Se trataba del beato San Valentín de Berriochoa, misionero dominico y obispo mártir en Vietnam", tal como lo expuso Paloma Barrientos en Vanitatis.

No obstante y pese a la felicidad de los novios, Paloma Barrientos confirmó algunas sospechas con respecto a las filas y las fobias que provocaba entre las dos familias de los contrayentes el simple hecho de la unión de una Infanta de España y un jugador de balonmano. No solo los reyes eméritos tuvieron sus dudas, se supo por supuesto que Juan María Urdangarin, padre de "Txiqui", o Iñaki para las audiencias, presentía algo raro. Aquel matrimonio no lo convencía tanto como el pensamiento recurrente de que aquella unión podría traer desgracia para su familia y en cierta forma, este augurio se cumplió.

El padre de Iñaki, era un independentista que a pesar de su cercanía con la familia real, nunca estuvo del todo de acuerdo con esta unión, según Paloma Barrientos. Fuente: (Instagram).

El cauteloso padre no vivió lo suficiente para ver a su hijo menor imputado por el caso Nóos y finalmente tras las rejas como sí debió padecerlo su madre, Claire Liebaert. Falleció en mayo de 2012 y su familia le ocultó durante los últimos momentos de su enfermedad el varapalo mayúsculo en el que el exatleta estaba metido, para no agudizar el sufrimiento, explicó Carmen Barrientos. Hoy por hoy, el patriarca familiar se habría llevado otro buen disgusto al ver las fotos de su hijo con otra mujer como pudimos apreciar este año. ¿Las cosas serían igual si Juan María viviera?

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