La vida de Íñigo Onieva dio un giro inesperado en las últimas semanas, tras conocerse las imágenes que probaban su deslealtad a Tamara Falcó fue inevitable que su mundo se derrumbara. Las primeras informaciones dejaban en claro que los muchos negocios tambaleaban en sus manos lo cual podría traer graves consecuencias en lo que refiere a su economía.

Las consecuencias están llegando muy lejos y es el entorno del empresario el que está sufriendo las primeras consecuencias de la ruptura de Tamara Falcó con quien hasta hace unas semanas era su prometido.

Una de las primeras personas que habría colapsado en el entorno del ingeniero sería su progenitora, Carolina Molas, quien no pudo soportar la presión mediática que se desataba a su alrededor y puso tierra de por medio alejándose de las guardias periodísticas en la puerta de su domicilio. Lo cierto es que, a su regreso a Madrid, la madre de la expareja de la Marquesa de Griñón pidió a la prensa que le diera un respiro.

Íñigo Onieva se convierte en la piedra en el zapato

Quien también sufrió las guardias de reporteros en las puertas de hogar fue Alejandra Onieva, la hermana del empresario. La actriz fue contundente a la hora de romper el silencio y se atrevió a rebelarse contra la prensa por realizar su trabajo, en pocas palabras aseguró que no tiene nada para decir sobre la situación que enfrenta su hermano.

Jaime, hermano de Íñigo Onieva no pudo liberarse de los reporteros, es por ello que queriendo alejarse de las deslealtades con las que el empresario destruyó su vínculo con Tamara Falcó alzo la voz para dejar en claro que es una buena persona.

Es un súper hermano, eso desde luego.

Íñigo Onieva no consigue levantar cabeza

Si hay algo que Íñigo Onieva no tiene en claro por estas horas es cuál será su futuro, hay quienes afirman que está convencido que cuando pase el huracán podrá obtener el perdón de Tamara Falcó, mientras que la hija de Isabel Preysler asegura que no hay vuelta atrás en esta historia.