Telma Ortiz y su afán de recordarnos su nexo con la Reina Letizia mientras defiende su privacidad

Telma Ortiz aprendió de la peor manera que mantenerse alejada de las cámaras es su mejor opción. En su debut y despedida como invitada especial a los Premios Princesa de Asturias en 2019, decidió que este sería el escenario perfecto para presentar en sociedad a su actual novio, el abogado irlandés Robert Gavin, con quien actualmente comparte a su segunda hija, la pequeña Erin, que ya ha cumplido su primer año de edad.

Nadie es capaz de confirmarlo, pero no queda duda de que esta imprudencia de la hermana de la Reina Letizia le costó futuras invitaciones al magno evento anual de la corona que pone en el centro de los focos a la heredera al trono. Luego de aquel año, no se le volvió a ver en el Teatro Campoamor de Oviedo, como sí sucede con la madre de ambas, Paloma Rocasolano, una habitual en estas ceremonias que asiste con asiduidad.

Sin embargo, y lejos de lamentarse por ello, parece que Telma Ortiz se encuentra más enfocada en labrar su propio camino a nivel familiar y profesional, desmarcada casi al completo de la sombra de la Soberana y su brillo fulgurante, y todo el esfuerzo ha dado frutos. Ahora ejerce como directiva de la ONG Concordia y lleva un vida de lo más discreta, que le permite vivir sin sobresaltos, aunque no deja de ser noticia cada vez que reaparece, como en esta última ocasión cuando fue captada por los incansables reporteros de Europa Press mientras caminaba junto a algunos compañeros de trabajo. En su caminata junto a sus pares, se mostró muy relajada mientras conversaba con ellos y ajena a las cámaras que registraban sus movimientos.

Una curiosidad que asaltó en el momento en el que Telma Ortiz fue fotografiada tuvo que ver con el vestido de Tweed en tonos azules que llevaba puesto, que acompañó con chaquetón en color claro y botas estilo vaqueras.

En principio se creyó que la prenda inicial en cuestión había pertenecido quizás a la Reina Letizia, pues recuerda a uno similar que usó en 2019 y hasta se creyó que pertenecía a la Maison Chanel, dada la belleza del tejido y corte perfecto. Luego hemos podido comprobar que se trata de dos piezas similares, aunque en el caso de la economista, aún no trasciende el nombre de la firma creador de su atuendo elegido.