El Rey Felipe y la Reina Letizia "excéntricos" en Cataluña: los caprichos que exigieron a su llegada

Acudir varias veces a un mismo lugar no significa conocerle del todo, porque el hecho de "conocer" etimológicamente hablando, es un concepto de amplitud que engloba muchos aspectos para hacerse con alguna que otra certeza y ejemplos sobran para ratificar esta postura. Nunca se conoce un tema por completo, se puede ser experto pero la evolución del mismo implica seguir abordándolo; nunca llegaremos a conocernos a nosotros mismos y ya es mucho decir, entonces, viendo las cosas desde este ángulo, ¿qué les hizo pensar esta vez al Rey Felipe y a la Reina Letizia que por visitar seis veces a Cataluña en lo que va de año ya han tendido puentes? Esta es la pregunta que con mucha elegancia y pericia se formula nuestra gran referente mediática, Pilar Eyre.

A pesar de que históricamente, este punto geográfico y la España Borbónica no coinciden, es cierto que la buena diplomacia existe entre las partes y prevalece frente a las fisuras políticas, sociales y culturales. De eso no pueden quejarse los reyes, quienes son tratados a cuerpo de Rey, nunca mejor dicho, entre sus pasos tímidos por la irreverente Cataluña, curada del brillo de la Reina Letizia y la serenidad del Rey Felipe.

Sin embargo, Pilar Eyre expuso, a través de su nuevo canal de YouTube, algunas informaciones con respecto a la última visita de la pareja real a la Ciudad Condal, a propósito de su aparición en el 175 aniversario de la Fundación del Círculo del Liceo de Barcelona. Nada que tener en cuanto a su actuación en el lugar: impecables pero un tanto rígidos, como quien espera un ataque sorpresa. Eso sí, el Jefe de Estado de traje y corbata, su Consorte de largo y muy elegante. La nota discordante tuvo que ver con sus curiosas exigencias que habla de sus desconocidos hábitos y costumbres que prevalecen en todas sus presentaciones públicas.

Nos cuenta Eyre: "Que sepáis que antes de que empiece el evento, sus majestades tienen que ir al baño, tienen que disponer de un cuarto de baño para ellos solos. Justo antes de que llegue la gente y empiece el acto, ellos tienen que ir al cuarto de baño". Un tema de mayor comodidad o los nervios, ¿no? Eso que nos recuerda a nuestra infancia, cuando nuestros padres nos preguntaban antes de salir si ya habíamos ido al baño para no antojarnos en plena calle.

En cuanto a puentes y acercamientos, el Rey Felipe, sonriente y cordial. No olvidó saludar a nadie, y se mostró dispuesto a tomarse algunas selfies. De la Reina Letizia, pues de ella nada según Pilar. Insistió con la pregunta sobre qué tal la Soberana y pues silencio absoluto, o sea que esa matriz en la que se dice que "gana en la distancias cortas", hay que evaluarla con lupa, recomendación de autoría.

Hablando de mitos y leyendas urbanas, uno de los que rodean a la muy simpática Monarca, tiene que ver con las ingestas. Se confirma que la Reina Letizia solo toma té kombucha y se obsesionó con un producto local, Vichy Catalán, que solo toma con una rodajitas de limón y lo prefiere para todo: aperitivo, brindis, acompañante para las comidas, lo que sea. El Rey, por su parte, solo toma zumo de tomate, para aguantar las jornadas con algo un poco más fuerte en el estómago, porque sabe que no puede picar nada de lo que ofrecen en estas recepciones. Ni preguntaremos por qué no en Cataluña y sí en Asturias que hasta indisposiciones hubo horas después, pero esta será otra historia.