El Rey Juan Carlos desafía a Casa Real: su última aparición en Abu Dabi junto a la peor compañía

Abu Dabi, Emiratos Árabes, 8 de noviembre. Una pareja de jóvenes, conocidos en la rutilante escena social del Medio Oriente, donde el mundo occidental y sus medios no tienen acceso, celebran una boda por todo lo alto. Sus nombres no son conocidos por nuestras latitudes, aunque el apellido de la flamante novia es de interés para la policía internacional. De allí la extrema discreción del evento. Pero entre los millonarios, emires y hasta jeques que se han dado cita, una figura destaca entre la multitud. No es árabe o musulmán pero sí de confianza, como de la familia propiamente. Llega con paso lento y asistido por su personal, saluda a los presentes, se atreve a esbozar una media sonrisa y continua su paso hacia la iglesia donde el enlace se celebra. Sorpresa mayúscula para quienes sí conocen su identidad. El Rey Juan Carlos cumplió su advertencia a Zarzuela y asistió a la flamante boda de Khali El Assir Fernández Longoria y Juan José Franco de Suelves.

Bien se dice que los hijos no tienen culpa de las acciones cometidas por sus padres, y el Emérito está convencido de ello. Por ende, no le pareció desacertado acompañar en su gran día a la preciosa novia, hija de uno de los hombres más buscados de Europa, con cuentas por saldar en España (cómo no), Francia y Suiza. Los cargos según nos describe Vanitatis, incluyen fraude al fisco español, una deuda de más de un millón de euros en Suiza por impuestos, y en Francia, un juicio en suspenso ligado a un perturbador caso sobre el deceso de varios ingenieros franceses en Pakistán.

Su nombre es Abdul Rahman El Assir. Comerciante de armas de profesión y un apasionado comisionista  de seis y siete cifras,  mantiene una entrañable relación con el Rey Juan Carlos y muy cercana, ya que ambos eligieron el emirato como lugar de residencia permanente. Aún frente al hecho de que Casa Real ha desaconsejado su asistencia a este enlace, precisamente por la repercusión mediática que acarrea, al Rey padre no podría importarle menos. En principio nadie dio certeza sobre su asistencia y se llegó a informar que no se haría presente. Sin embargo, el medio ya señalado confirmó finalmente, tras las informaciones de Ana Mellado en El Debate.

Los antecedentes del padre de Khali El Assir no repercutieron en el buen ánimo de los ilustres invitados al evento, incluida una sonriente Tamara Falcó quien a su regreso a España no dio información alguna sobre si coincidió con el Rey Juan Carlos o al menos qué tan bien la pasó en este magno evento. Máxima discreción asegurada.

De esta forma, el Rey Juan Carlos vuelve a ganarle un nuevo pulso a Casa Real. Poco a poco el Emérito supera sus temores sobre futuras repercusiones por parte de una institución que insiste en mantenerle apartado de todo lo que conoce, extraña y espera con impaciencia. ¿Su próxima aventura desafiante? Torcerle el brazo a la corona y quién sabe si aparecer en España, sonriente y saludando a la prensa y a los españoles para celebrar las venideras fiestas navideñas.