Ha pasado un año exactamente desde que la Reina Letizia y la Primera Dama de Paraguay, Silvana Abdo, coincidían en el país suramericano, como parte de un viaje de cooperación en el que participó la Soberana. Además, tuvieron la oportunidad de conocerse personalmente y realizar gran parte de las actividades pautadas en aquella oportunidad. Este jueves, fue la esposa del primer mandatario quien acudió junto al presidente Mario Abdo como invitada de excepción al Palacio de la Zarzuela, para celebrar un almuerzo ofrecido por Sus Majestades. De esa manera, su buena sintonía ha quedado expuesta tras el recibimiento.

No se conocían hasta el momento las razones que unen a la Consorte y su homóloga, algo que va más allá de los convencionalismos y una coincidencia previa, en suelo guaraní. Según lo expuesto por la revista 'Lecturas', no solo coincidieron en  estilismos, señal de que podrían tener los mismos gustos en cuanto a saber vestir, sino que hay que añadir algunos hechos que marcaron sus vidas y, por supuesto, las acerca muchísimo.

El medio ya señalado reseña también que tanto la Reina Letizia como Silvana Abdo son contemporáneas tan solo por dos años de diferencia; la Soberana es la mayor. Además, la ilustre dama es licenciada en marketing y, al igual que su interlocutora, comparte el buen gusto por las distintas áreas de la comunicación.

Una coincidencia dolorosa

En cuanto a sus vidas personales, la Reina Letizia y Silvana van de la mano en cuanto a que son mujeres divorciadas y contrajeron con sus actuales esposos segundas nupcias En el caso de la paraguaya, tuvo un hijo fruto de su primera relación matrimonial y luego otros tres con Mario Abdo, de quién adoptó su apellido de casada. Mientras, la Reina Letizia solamente tiene a la Princesa Leonor y la Infanta Sofía.

También comparten una tragedia similar: ambas perdieron una hermana: Doña Letizia a Érika Ortiz y Abdo a Sophia, quien en 2021 se encontraba en las inmediaciones del Champlain Towers South, un edificio que colapsó en la ciudad de Miami. La joven fue una de las cien víctimas fatales junto a su esposo, el empresario Luis Pettengill; sus hijos de apenas tres, seis y nueve añitos; y la niñera que acompañaba en el viaje, de acuerdo a lo señalado por 'Vanitatis'.

Entre éxitos, fracasos y desgracias, ¿habría razón para pensar que no se iban a llevar de mil maravillas? A razón de lo visto, para ambas mujeres este viaje nuevamente afianza sus lazos de cordialidad que ya habían anudado en su primer encuentro. Esto resulta un gusto para la vista, pues es en este tipo de actividades en las que la Reina Letizia se distiende y deja aflorar lo más notable de su personalidad.