CHARLÈNE DE MÓNACO

La extraña joya que Charlène de Mónaco luce y que recuerda una gran desgracia

La Princesa no quiso usarla por casualidad sino para enviar algunas indirectas.
sábado, 5 de noviembre de 2022 · 10:48

Charlène de Mónaco regresó al principado renovada y dispuesta a recuperar no solo el tiempo familiar perdido después de un catastrófico 2021, sino que se ha fijado la meta de conquistar a los monegascos y al resto del mundo en su renovado papel como Consorte del Principe Alberto. La verdad es que ha sido un regreso muy exitoso. Dejó, finalmente, el triste semblante que siempre la caracterizó y ahora luce una sonrisa y seguridad que le confieren un nuevo y mejorado cariz.

Ahora la Princesa también atiende, además de sus compromisos en Montecarlo, una agenda de actividades en el plano internacional, y luego de un exitoso periplo a París donde acudió en solitario para presenciar algunos desfiles de la Semana de la Moda en París, en esta oportunidad estuvo en la ciudad de Nueva York junto a su esposo con el objetivo de presenciar la ceremonia de entrega de los Premios de la Fundación Princesa Grace.

Charlène de Mónaco deslumbra en su viaje a Nueva York junto al Príncipe Alberto. Fuente: (Twitter).

En esta edición especial como ha reseñado el diario El Debate, se conmemora el 40 aniversario desde el fallecimiento de la eterna Princesa de todos los monegascos, y para honrar su vida y obra, Charlène de Mónaco no ha escatimado en honrar a su suegra al utilizar su collar más icónico, La Vie en Rose.

Esta pieza que la sudafricana lució orgullosamente en su cuello, fue elaborada por el joyero de la Place Vendôme Lorenz Bäumer  y durante décadas no había vuelto a ser visto. Lo más impresionante de su confección es una magnífica piedra color rosa tallada magníficamente por la Maison Mazerea y que hasta hoy tiene por nombre el 'diamante Grace'.

Charlène de Mónaco presumió la joya insignia de Grace Kelly. Fuente: (Twitter).

Sin embargo, lo más interesante de esta impresionante joya no recae directamente en su belleza, sino en el mensaje que transmite, pues significa mucho que sea precisamente  Charlène de Mónaco quien lo lleve puesto. A través de él, la exatleta sella su vínculo emocional y vivencial con Grace Kelly, quién en sus días también debió sortear las dificultades de pertenecer al principado monegasco y cumplir a cabalidad con el rol que se esperaba de ella, una posición que Charlène de Mónaco perfectamente conoce. Así mismo, el optimismo también adorna está gran carga de simbolismo, pues finalmente la nuera de la ex actriz poco a poco encuentra su lugar en la vida palaciega y ha logrado dar prometedores pasos hacia un futuro más brillante.

Con su cálida sonrisa y muy unida al Príncipe Alberto, Charlène de Mónaco no solo demuestra cuánto han mejorado su salud física y mental, sino lo fortalecida que se encuentra su relación. Por primera vez en años, los rumores sobre un posible divorcio no desentonan con las apariciones de la pareja real. Renovada y mucho más tranquila, la Princesa se mantiene muy positiva: "Estoy muy feliz de estar de vuelta en Mónaco y con mi familia. Mi estado de salud aún es frágil y no quiero ir demasiado rápido. El camino ha sido largo, difícil y muy doloroso".

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