La otra mujer con quién Carlos III se entiende hasta el día de hoy y Camilla no puede compararse

La última biografía escrita sobre el Rey Carlos III, de la pluma del norteamericano Christopher Andersen, no solo se limita a relatar algunas vivencias de sus prolongados años como Príncipe de Gales o sus famosas extravagancias, sino que además se atreve a narrar su relación con la Reina Isabel y especialmente con una mujer con quién actualmente mantiene su vínculo intacto y por mucho, se le ha catalogado como "el gran pilar de su vida".

A pesar del amor que siempre refrendo por su madre, la desaparecida Soberana, hubo otra mujer que lleno algunos espacios vacíos, sobre todo durante sus primeros años de vida en los que tras el fallecimiento del Rey Jorge VI, la Reina Isabel debió asumir el cargo con apenas 25 años y este gran pasó significó largas ausencias y muchos viajes a países de la Commonwealth, razón por la cual, el entonces pequeño Príncipe encontró en ella a alguien con quien jugar, hablar y recurrir siempre.

Hablamos de Mabel Anderson, su antigua niñera y quién además de este noble cargo, también es la encargada de remendar un osito de peluche que Carlos III siempre lleva consigo desde sus días de niñez, y ya podría figurar como una reliquia, dado que data desde hace unos 70 años. Nadie, absolutamente nadie está autorizado a tocarlo, excepto ella. Así es el grado de confianza y cariño que el flamante Soberano le profesa a quien además de cuidarle, también se convirtió en una de las mujeres que se ganó la amistad de la Reina Isabel y su amistad solo se rompió con el deceso de ella, mientras que Anderson aún vive y tiene 95 años.

Cuenta además el libro, My Husband and I: The Inside Story of 70 Years of the Royal Marriage al diario local  Express, que uno de los momentos más difíciles que debió atravesar Carlos III fue a la edad de 8 años cuando debió asistir al internado Cheam. "Carlos estaba hundido y le escribía a Mispy todos los días. Solía llorar cuando le enviaba cartas y le ponía 'te extraño'. Y es que Mabel, ciertamente, fue uno de los pilares de Carlos cuando él era un chaval joven y sensible. Aunque Anderson representa algo diferente a lo que significa Camilla o su madre en su vida. Aun así, fue una persona clave en sus años de formación. Siempre ha estado para él".

Es por ello que una vez que la niñera se jubiló de sus funciones Carlos III se encargó de proveerle una jubilación dorada con una hermosa casa que no solo el pagó para ella sino que hizo que su decorador personal se encargara de poner a punto el nuevo hogar de su nana y durante años la invitó a dar paseos en cruceros. El cariño se extendió hasta Camilla, quien también hizo amistad con ella y hasta cuidó a la actual Reina Consorte cuando enfermó en una oportunidad.

Sin embargo, tomando en cuenta su delicado estado de salud actual, sus visitas a palacio son casi mulas, por lo que se debe tener especial cuidado y no hay quien dude que para Carlos III, el bienestar de Mabel Anderson siempre estará primero, con permiso de la propia Camilla.