Los problemas de fondo que Charlène de Mónaco mantiene en silencio detrás de su actitud renovada

Hace casi un año, Charlène de Mónaco regresaba al principado monegasco luego de una infernal estancia en su natal Sudáfrica, producto de una complicación infecciosa maxilofacial que la llevó a tres intervenciones quirúrgicas de emergencia. A esto se sumaba un silencio inquietante por parte de Casa Real y rumores sobre un divorcio inminente entre la sudafricana y el Príncipe Alberto.

En este contexto, su regreso al pequeño país ha sido muy esperado, y con él ha desplazado para bien a las eternas aliadas del Principe Alberto, sus hermanas, Carolina y Estefanía, con quienes la Princesa no tiene casi relación. Pero, en lugar de lamentarse por ello, intenta conquistar los espacios vacíos que han dejado en materia de representación. Con un nuevo aire y recargada de energía, Charlène de Mónaco se ha hecho más presente entre los monegascos en estos últimos meses que en 10 años de matrimonio junto al Grimaldi. Esta situación dio mucho de lo que hablar, pero en general se valida el esfuerzo por recobrar el sentido de su papel institucional y recuperar su vida, tanto personal como familiar.

Algunos medios como 'Ok Diario' debaten sobre "las certezas e incógnitas" que ha traído el regreso de Charlène de Mónaco al principado, y la verdad es que no hay otra forma de analizarlo, dado que, aun cuando se ha anotado puntos en presencialidad y compromiso, algunos frentes quedan abiertos. 

¿Cómo quedan entonces las relaciones entre Charlène de Mónaco y sus cuñadas? Especialmente es señalado su caso y el de la Princesa Carolina, quien fue un pilar indiscutible para los pequeños príncipes, Jacques y Gabriella, durante su ausencia. Las opiniones más optimistas apuntan a que, a través de los hijos de Charlène, ambas mujeres pueden limar asperezas, pero hasta ahora esto no parece haber sucedido, pues se convirtió nuevamente en la gran ausente del tradicional Baile de La Rosa, evento máximo e imperdible para el jet set internacional y organizado por la Princesa de Hannover.

Otra situación que no parece tener retorno es la que existe entre Charlène de Mónaco y la "otra" familia del Príncipe Alberto, aquella que conforman sus hijos ilegítimos, Jazmin Grimaldi y Alexandre Coste, hijo de la némesis sentimental de la exatleta, Nicole Coste. De hecho, trascendió a los medios que, durante su viaje a Nueva York junto con el Príncipe Alberto para asistir a una celebración por el 40 aniversario del fallecimiento de la princesa Grace Kelly, el Grimaldi se reunió con su prole de forma privada y en medio de las entrañables fotografías, Charlène no estaba presente.