Quienes conocen a José Ortega Cano aseguran que el punto que marcó la debacle en su vida fue el fallecimiento de Rocío Jurado. Sin lugar a dudas, fue ella el amor de su vida y, desde que partió, la cosas no volvieron a ser como antes. Por supuesto, él intentó volver a creer en el amor con la compañía de Ana María Aldón, pero a la vista está que ese proyecto no ha sido lo que ellos esperaban.

Por estos días es posible que el padre de Gloria Camila esté trazando líneas sobre aquellos proyectos culminados mientras idea nuevos y también aprende de todas las encrucijadas en las que ha estado metido, que no fueron pocas ni tampoco sencillas. Quizás el 2022 ha sido el año más duro para el empresario tras el fallecimiento de “la más grande” y hay muchas razones para pensar que ese concepto no es erróneo.

La fama acompaña al oriundo de Cartagena desde siempre. Es consciente de ese aspecto de su vida producto de su profesión, pero eso no quiere decir que la aceptara plácidamente. Él es de esos hombres que disfruta el contacto con la prensa cuando tiene ganas de dialogar con ellos y no cuando es perseguido, aunque es bien sabido que eso no es algo que se puede elegir cuando se es uno de los personajes más representativos de la tertulia del país. Allí han comenzado todos sus dolores de cabeza.

Las piedras en el camino podrían ser joyas para José Ortega Cano

La exposición mediática de su divorcio, el malestar emocional de Gloria Camila y las dudas sobre cómo trató a Rocío Jurado cuando fue su esposa, son las tres principales razones por las que José Ortega Cano no vive en paz. Estos tres pilares se han tratado hasta el cansancio en todos los segmentos de la televisión, con lo cual es lógico que el protagonista se viera seriamente afectado. Por supuesto, no siempre ha gestionado bien esas crisis.

Lamentablemente, hay una frase del padre del pequeño José María de la que se ha hecho eco toda la audiencia, la cual quedará para el recuerdo y que no deja en un buen sitio a quien la pronunció: aquella con la que intentó reconquistar a Ana María Aldón apelando nada más y nada menos que a su hombría para “ir por la niña”. Muchas cosas tendrá para analizar José, pero quizás le ha llegado el momento de retirarse completamente de la pantalla chica ahora que ya no está en pareja con la madre de su retoño menor, una mujer que se gana la vida en los medios. Su salvación solo puede ser el silencio y el bajo perfil.

En su profesión, uno de los mejores

Los años de esplendor de José Ortega Cano tuvieron lugar entre los años 1980 y 1990. Salió en hombros cuatro veces de Las Ventas de Madrid, pero Rocío Jurado soñaba con el día en que abandonara la tauromaquia por el miedo que le tenía a los potenciales accidentes.