Tras muchos años de espera, el pasado 18 de diciembre Carmen Tello y Curro Romero contrajeron matrimonio eclesiástico en Sevilla, un día muy especial para la pareja que por fin hacía su sueño realidad. El periodista Jesús Manuel Ruíz revela detalles de este momento íntimo en el que compartieron con familiares y amigos.   

La propia Carmen Tello afirma que pensaba que este día no llegaría nunca. Dice que esperaba que este momento llegara antes y no puede evitar recordar a quienes ya no están: su padre, fallecido hace diez años, y su madre, que se marchó el pasado mes de junio. No han sido tiempo fácil para la esposa del torero. 

“Estamos felices. Pensábamos que este día no iba a llegar nunca. Y llegó. Me hubiese gustado que la boda religiosa se hubiese celebrado antes. La razón es muy sencilla. Mis padres eran muy católicos y les hubiese gustado ver el momento. Lo habrán disfrutado desde el cielo”, comentó la socialité española. 

La actriz explica que tan solo con el fallecimiento de la hija de Concha Piquer se podía producir este hecho religioso porque así estaba anulado ante Dios de su primer matrimonio. "Nosotros creíamos que ya no nos podíamos casar por la iglesia. Habíamos perdido la esperanza. Y es lo último que se debe perder", explica en un artículo que reseña “EsDiario”.

La gran ausencia en la boda de  Curro Romero y Carmen Tello

La boda tuvo lugar en la capilla de La Casa Pilatos, que pertenece a la Fundación Medinaceli, y fue auspiciada por Ignacio Segorbe, quien mantiene una estrecha amistad con Carmen y Curro. Otro detalle importante del enlace es que, al no encontrarse vivos los padres de la pareja, la madrina ha sido la hermana mayor de Curro y el hermano mayor de Carmen Tello, el padrino.

Cabe destacar que en el enlace, una de las ausencias más notables fue la de la hija de Curro Romero, fruto de su matrimonio con Concha Márquez Piquer. Según trascendió, su ausencia se debió a un viaje que estaba previsto con anterioridad y que le impidió estar en este especial momento para su padre.