En algunos meses, Raphael arribará a la espectacular edad de 80 años y ese será todo un acontecimiento. Es uno de los pocos artistas del mundo que solo se ha retirado de los escenarios para atender temas de salud y, cuando lo hizo, se encargó personalmente de que la ausencia durara lo estrictamente necesario. Su pasión está en su arte y eso es algo que nadie puede negar.

El marido de Natalia Figueroa también es dueño de otra conquista casi sin precedentes, pese a su edad, despierta grandes pasiones en las nuevas generaciones. Hay algo que los jóvenes ven en él y que los hace seguirlo sin condiciones. Él parece no tener demasiadas explicaciones para ese fenómeno, pero se vale de él, por ejemplo, al asociarse con Pablo López.

Junto a Pablo, el padre de Manuel Martos, acaba de lanzar un nuevo disco, el octogésimo cuarto. El material ya está sonando en todas las plataformas digitales y en las radios. Mientras tanto, el vocalista no para de dar entrevistas en las que no solo promociona su nuevo trabajo, sino que también repasa su pasado y reflexiona sobre cómo ha sido el camino que lo llevó a conseguir el trono que ocupa hoy.

La prueba de que Raphael no caminó entre algodones

En diálogo con el portal “20 Minutos”, Raphael sentenció que tuvo que aprender a defenderse en un contexto muy poco favorable para poder triunfar. La revelación tuvo lugar luego de que el medio citado le consultara su opinión en relación a si los nuevos artistas tienen el camino más fácil o más difícil que él. En ese sentido, no tiene dudas: en la actualidad es más sencillo trascender.

Tuve que aprender a defenderme en un mundo de fieras, donde no tenías nada a tu favor.

Con sus palabras, el intérprete de “Mi gran noche” no solo se refería a la competencia, sino también a que, por aquel entonces, no existía la calidad de los equipos con los que se trabaja hoy. “El sonido era espantoso”, según él y la principal prioridad era que el público pusiera su atención en él, ya que los espectáculos no tenían todos los accesorios de show que si tienen en la actualidad. Nada fue fácil, pero evidentemente el esfuerzo valió la pena para él.

El rey de la balada romántica

Raphael es propietario de las canciones más icónicas dedicadas al amor. Se caracteriza no solo por su tono de voz y por su energía pese al paso del tiempo, sino por su peculiar modo de interpretar que roza lo actoral.