No es la primera vez que hablamos del cactus, aunque sí es la primera en que lo llamamos "soberano" de las plantas, según la mirada del Feng Shui, esta practica oriental en la que todo es energía, y según cómo circule en nuestros espacios será el nivel de calidad de trabajos, relaciones y reacciones que ocurran ahí. 

Al igual que las suculentas, los cactus son plantas que acumulan agua en sus tallos, siendo como unos grandes recipientes vivos de recursos, que se alimentan bajo la misma filosofía de los gatos: cuando realmente lo necesitan. Desde el Feng Shui, esta sabia forma de crecer y vivir es un referente que todos los seres humanos deberían de aprender. 

Elegancia, mucha luz y en especial, simplicidad, son los hábitos que desde esta práctica milenaria se sugieren incluir en todos los aspectos cotidianos de la vida, en especial aquellos en los que se desarrollen las actividades que más energía nos demanden diariamente. 

Bondades del cactus que lo convierten en el rey de las plantas

Guardianes del hogar

Una de las traducciones más ancestrales sobre la palabra cactus está relacionada con espíritu guardián, estas plantas son grandes protectores porque absorben las energías y las trasmutan en esencias más puras y ligeras. Son como grandes reflectores en los que se queda la energía más densa para proyectar luego armonía y tranquilidad, como resultado de su misión alquimista. 

Ubica tus cactus en espacios expuestos a niveles densos de energía, como aquellos que condensen muchos equipos electrónicos, reuniones importantes de trabajo o espacios de dinámicas grupales en las que podrían desencadenarse conflictos o falta de acuerdos. 

Símbolo de persistencia 

Estas plantas aprovechan al 100% los recursos que tienen para crecer fuertes y sin dependencia de otras especies, el cactus es de esas variedades vegetales que pueden crecer en entornos hostiles, privados de agua y de recursos que son indispensables para la vida humana. 

Tal hazaña les vale el rotulo de los más persistentes, además de astutos porque no son de derrochar cuando hay tormentas. Muy al contrario esta planta conserva grandes cantidades de agua en sus gruesos y fuertes tallos para las épocas más duras de su vida. 

Referente de simplicidad 

No son sus colores ni sus formas las que llaman la atención, tampoco el color de sus hojas, en el caso del cactus la belleza es sinónimo de simplicidad. En todo Oriente, la belleza está relacionada con aspectos fugaces, algo así como pequeñas sorpresas inesperadas que aparecen y desaparecen con facilidad. 

Una vez que tengas un cactus serás observador de cómo esta planta se mantiene estática, la gran cantidad de veces sin hojas, sin embargo son capaces de florecer en las épocas menos esperadas del año, llenando de alegría y belleza tus espacios. Eso sí, las floración no suele permanecer mucho tiempo, manteniendo ese principio de sutileza que promociona el Feng Shui. 

Mensajeros del bien y el mal 

Este quizá sea el aspecto más místico de los cactus y se trata de que al igual que el aloe vera, cuando esta planta se seca o muere sin razón, es una clara señal de que recibiste una visita densa, cargada de mala vibra e intención hacia tu persona o tu familia. 

Los cactus suelen ser grandes esponjas pero como todo ser vivo, si ese mal es a gran escala, no podrá sobrevivir y preferirá morir al no poder transformar la energía reactiva en tu ambiente. 

Si esto llegara a suceder, elimina de inmediato la planta de tu espacio.